Rebanadas / Habemus migas

AutorCony DeLantal

Por fin dio el gran paso el legendario restaurante Latino y se animó a abrir sucursal en la lateral del Blvd. Rogelio Cantú, en esa plaza que está en la esquina con Anillo Periférico, donde el caos de la hora pico te tienta a pararte por un caldito de res mientras dejas pasar el estrés.

No te vayas con la finta, el Latino no tenía sucursales. No lo confundas con Señor Latino, que es producto de la ruptura entre socios cuando precisamente el Latino intentó abrir sucursal por primera vez.

Lo hemos visto en ene casos, típico agarrón que termina dividiendo marcas que luego ofrecen el mismo concepto bajo nombres que suenan muy parecidos.

En la segunda parte de esta historia de Latino versus Latino fuimos testigos de cómo el que ahora se proclama "Señor" fue quien creció en sucursales, mientras que el Latino a secas -llamémosle el original por decirle de alguna manera- regresó a su esquinita de la Av. Venustiano Carranza (Plaza Carranza) a dormirse en sus laureles (¿en sus mesas?), donde continuó sirviendo migas y chilaquiles como siempre y a los de siempre.

Sin embargo, hoy, año 2018 d.C., la historia cambia. México es testigo de grandes acontecimientos, fenómenos que jamás imaginamos que llegarían a suceder. Ya tenemos de Presidente a López Obrador y también una sucursal del Latino original.

"El original de Don Chuy", para decirlo como ellos lo pregonan ahora con cierto ardor, tratando de contrarrestar el éxito que ha tenido ese otro que no es el original. Como si realmente importara quién es el original -o quién es Don Chuy- cuando lo único que importa es desayunar rico.

En la mesa es donde se define todo. La batalla por las mejores migas del mundo (mundial) se reduce a estos dos contendientes. El destino los vuelve a enfrentar: Latino vs Señor Latino en el clásico de las migas con huevo y chorizo.

Es un empate técnico. Ambas son fenomenales, obvio que muy copiaditas unas de las otras, al igual que otros tantos platillos que por lo visto no tenían copyright.

Pero si hubiera que darle el trofeo de las migas a alguien se lo otorgaría en tiempos extras al Latino (al original), porque su totopo no fue igualado del todo y eso es lo que a mí me termina inclinando a su favor.

Jamás pensé que estuviéramos definiendo un campeonato de sabor en base a un simple pedazo de tortilla frita, pero créeme que un buen totopo hace toda la diferencia en estos casos.

Y hasta que lo pruebas lo compruebas. Está dorado a la perfección en elixir de manteca con un toque...

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