Rebanadas / Garufa en la Macro

AutorCony Delantal

Este encabezado tiene doble sentido, porque además de que el restaurante Garufa nos abrió sucursal en la Macroplaza, la palabrita significa (en idioma lunfardo, que es como el argentino, pero más complicado) "hombre que gusta de la diversión y la fiesta" (y yo agregaría "manoseo"), y esta especie también la encuentras los domingos en la Macro (en versión local, por supuesto), divirtiéndose de lo lindo con su noviecita o su lo que sea (echando fax, le dicen aquí), ya sea desparramados sobre los jardines o contorsionándose en las banquitas de la plaza.

Qué bárbaros, ningún recato. Les pasas por enfrente y el muchachito en lo suyo con la muchachita. Con ganas de tirarle el manazo. Eit, pssst, niño, ¡ya no le esté sacando dulce a la piñata!

Todas esas estampas de folclor y estupor que provienen de la plaza se te cuelan hasta adentro del nuevo Garufa y hacen corto con la elegancia y distinción que ofrece el restaurante.

No pueden faltar las modernas pantallas por todo el salón. En algunas tienen sintonizado un canal de música y en otras el NatGeo... Ah, no, perdón, ¡ésas son las ventanas!

Sorry, mal chiste, pero de veras que así se siente, porque afuera hay un Monterrey que se transforma en jolgorio de pueblo los domingos, con baños públicos, puesteros, globeros, eloteros, payasitos, emos, darks, pachucos, pachecos y demás expresiones autóctonas, y tú lo estás presenciando como mera televidente desde un palco de manteles largos y servilleta de tela.

Garufa vino a cambiar la fisonomía de esa zona, exactamente en la esquina de Zaragoza y Corregidora, en los bajos del Hotel Monterrey, donde no había vestigios de un restaurante de ese calibre desde que el Luisiana nos dejó llorando desconsolados con su partida.

¿Acaso es el inicio del nuevo Centro de Monterrey? ¿Serán la inseguridad y la crisis temas del pasado?... Suena muy poético y no te quisiera quitar la ilusión, pero la neta, la neta, es que está ahí porque los dueños de la parte regia de esta franquicia (que inició en Zacatecas) son los mismos del hotel que lo aloja, caso parecido al del Sierra Madre Brewing Pub, del que también tienen sucursalita ahí junto.

De hecho el restaurante está conectado con el hotel y con el estacionamiento -viejo, complicado y apretado- que comparten con el Howard Johnson, desde donde también puedes acceder directamente cuando termines de raspar tu miniván.

Garufa quedó lindo, ornamentado con ladrillo, madera y alabastro lucidor, cavas...

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