Rebanadas / Una cena diferente

AutorCony DeLantal

Esta semana por fin pude estrenar la nueva normalidad de los restaurantes en San Pedro, y te puedo decir que la experiencia fue... diferente.

"Diferente" es una palabra muy útil que tenemos a la mano en nuestro vasto vocabulario para darle un contexto digno a un comentario sin caer en la mentira o la falsa adulación.

"Wow, comadre, qué diferente está tu vestido" o "qué diferente te quedó la cena", o "qué carácter tan diferente tienes"... Y así, siempre puedes sustituir "diferente" por horrible, feo, raro, extraño, etc. y tendrás una salida tan vaga como decorosa, que te salva de irte a los extremos de herir susceptibilidades o de sonar fake con un cumplido forzado.

Pero, ¿en qué estaba?, ah sí, en que ahora que ya pude salir a cenar, mi vivencia fue... diferente. A partir de este lunes, cruzar la puerta de un restaurante es igual que cruzar la de un quirófano. El primero que visité fue Mochomos en Metropolitan y creí que ya era propiedad de López Gatell.

De entrada te someten a un proceso de esterilización como si fueras tú la encargada de operar. Para eso viajaron al futuro y se trajeron una sofisticada cabina sanitizadora de las que allá se usan cuando regresas de visitar otros planetas. Te adelanto que la misión de SpaceX sí pudo despegar y a partir de ahí Elon Musk popularizó los viajes al espacio en cuetes marca Tesla.

Y entonces ahí te vas metiendo de uno por uno para iniciar el proceso de fumigación, mientras te piden que empieces a girar con los brazos levantados como cuando ya son las 3 de la mañana en una boda. ...Qué tiempos aquéllos por cierto.

Al salir de esa cabina ora sí juras que te enviaron a cenar a una galaxia muy, muy lejana. Del otro lado te recibe un ejército de clones imperiales de máscara y guantes negros, que te dan la bienvenida con voz de Mandalorian a través de una careta de acrílico que les diseñó George Lucas, mientras uno de ellos te apunta directo a la frente con una pistola láser y te obliga a confesar si has seguido los protocolos del Emperador de la O.

Algunos retoques finales con gel y ya puedes pasar al 50% de las mesas disponibles, unas inutilizadas con la leyenda "prohibido acercarse" y otras con un sello de garantía que dice "esterilizada para uso humano". Todas sin montar para tu tranquilidad.

Quisiera pensar que es un futuro utópico, pero desafortunadamente es real y es hoy. Lo que sigue es el uso exagerado de trapos y atomizadores, menús digitales o desechables, platos y cubiertos que llegan...

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