Rebanadas / Cafecitos

AutorCony DeLantal

Esta semana la arranqué en modo cafecito y me puse a buscar algunos de los más nuevos para pasarte chisme fresco. Primero di con uno que se llama 90 Grados Coffee & Art, en la calle Doblado, en San Pedro, entre 16 de Septiembre y 5 de Mayo.

Me llamó la atención porque se veía muy mono y muy artístico, de hecho es como una minigalería, pero, chincheros, la cocina no figura para nada y eso le bajó puntos en la Escala de Cony, que es como la de Richter pero en kilos. Y aquí donde tiembla es en mi báscula.

Esta vez no se movió mi escala porque ni siquiera me acabé el bagel de salmón que pedí (de 90 pesos). Es el más espantoso que he probado desde que dejé el Gerber. Venía con el queso filadelfia craquelado por refrigeración, tres tristes alcaparras (certificadas ante mi marido que la hizo de notario) y una delgadísima capa de salmón que se parecía a las recarpeteadas que da el Municipio.

El panini de pavo con pesto y espinaca (también 90 pesos) estuvo menos peor, pero nada del otro mundo. En realidad no se les ve cocina ni chef, por no decir pies ni cabeza. Es el típico sistema donde la misma empleada picha, cacha, batea y mete el sándwich al hornito.

No le pidas mucho, es para un chismito leve con la comadre o para esperar a que la güerca salga de la clase de baile. Con la desventaja de que nomás hay un cajón de estacionamiento, o sea, batállale entre las calles, pero tiene la ventaja de que son pet friendly, por si eres de esas tipo Paris Hilton, que van en la vida haciendo todo con una mano porque no sueltan al chihuahueño.

EL FRANCESITO

Otro que descubrí trepándome a la azotea de esa plaza nueva que se llama Kerkus en Gómez Morín fue Marché Saint Pierre, un café bistro muy parisino más escondido que la posibilidad de ir a París.

Ya que das con él enamora su ambientación. Es un cubito de cristal con piso de dominó, muy nice y muy europeíto, con terracita amplia y una vista encantadora a lo verde que aún queda en San Pedro.

Éste sí te lo recomiendo para cuando traes uno de esos chismes bomba de toda la mañana. Para el desayuno hay sobrado sabor para sustentar la plática y suficiente encanto para permanecer por horas, pero en la cena curiosamente se descompone.

Mi comadre y yo la pasamos enleladas con la vista y consentidas con unos croques (Madame et Monsieur, 110 y 100 pesos) que estuvieron delis, pero ya en la noche todo cambió cuando regresé con mi marido.

Ojo, mi marido no hizo nada -bueno, eso tampoco ayuda, pero ése es otro tema-. Al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR