Rebanadas / Brisket & beer
| Autor | Cony DeLantal |
Por si no sabías, Ceci González, la ahumadora más pistola del oeste, se nos fue al poniente con su restaurante Ok Baldío a unir fuerzas con la Cervecería Bracino.
¿Restaurante? Bueno, por así llamarle. Imagina asadores y mesas y ya no imagines más. Se llamó Ok Baldío porque sobre un baldío se postraba en Tampiquito. Ahora se nos fue al mero Santa Catarina Industrial a meterse en un jacalón de techo de lámina y piso de cemento junto a los alambiques de esta cervecera artesanal santacatarinense. Qué cool.
Misma idea, gran cambio. Aquél lugar desparpajado con mesas de establo y lleno de moscas es ahora un lugar desparpajado con mesas de establo y lleno de moscas, pero montado en esta inusual, atractiva y mística cervecería artesanal. Cambiazo de escenario. Ahora incluso tiene inflables para los niños y pantallota para el futbol.
Se percibe la rudeza del salvaje oeste en su concepto, desde la santa embarrada de barbecue que te das por devorarte una costilla con las manos, hasta el duelo de cervezas en la mesa, donde se trata de probar todas las creaciones artesanales hasta que caiga fulminado alguno de los contendientes.
Bracino tiene muy ricas opciones de barril: claras, oscuras y siniestras, para acompañar los ya de por sí indómitos sabores del ahumado y el carbón que ofrece OK Baldío. Lo mejor que les pudo pasar a estos dos es haberse juntado.
Para las doncellas como yo, la English Pale Ale (50 pesos) está ideal, con sus tonos herbales y florales que te dejan un retrogusto a caramelo. Me ganaban las ganas de acompañarla con puerco, pero decidí seguir comportándome como una dama y escogí el sándwich de pulled chicken (155 pesos), que estuvo buenísimo con su sabor a mezquite.
Para los caballeros hay opciones más viriles. Si te consideras de esos que Trump llama "bad hombres", con espíritu de cuatrero y panza de trailero, si eres de los que se bañan con detergente en polvo y se secan al sol, si cenas lámina y escupes tuercas, entonces no dudes en pedirte una Becerro Stout, una cerveza negrísima como el Halloween y más pesada que Fernández Noroña, con aroma a tostado y sabores a chocolate y cacao, que te deja una sensación amarga como la del recibo de la luz.
La puedes acompañar con algo sustancioso como un medio kilito de brisket (360 pesos) que les queda retebueno con guarnición de mac & cheese y topping de pulled pork (130 pesos), que la verdad está para ponerle un altar. Nomás mídete para que no incluya tu foto.
Ok Baldío es toda una...
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