Rebanadas / Attention, wine lovers!

AutorCony DeLantal

Ya tenemos en el primer piso de Metropolitan de Valle Oriente (atrás del Bancomer) un interesante e ingenioso wine bar que se llama The Wine Bar.

Ok, el nombre es lo menos ingenioso, pero lo demás sí está bien interesante, empezando por su interminable lista de vinos (tan entretenida y tan bien narrada que yo me la quería llevar como libro de cabecera) y su atrevido menú -hasta locuaz, diría yo- que incluso me hizo dudar si no habría que pedir permiso a la Secretaría de Salud por ensayar con humanos mezclando dátiles, tocino y chile ancho en un plato.

Con ese delicioso experimento fue con el que me atreví a arrancar la cena, que maridé con un "Eclipse" de Bodegas El Cielo, de entre sus infinitas opciones. Y la compañía la maridé con mi marido, que en eso sí es la única opción que tengo.

La verdad ninguna queja. Se portó a la altura. Qué bárbaro, me hizo reír, llorar y a ratos hasta sentirme sexy. Al vino me refiero, por supuesto. Mi marido equis.

Qué buen vino. Es una mezcla de cabernet y merlot, tan suave y afrutadito que me sedujo al primer sorbo y me invitó a una segunda copa. Y luego una tercera... Y luego no recuerdo más.

Entre paréntesis, si traes ganas de ir a Valle de Guadalupe (y si no, anímate, porque vale la pena echarte un weekend vinícola y gastronómico en este destino de moda) no dudes en quedarte en este viñedo de El Cielo que es ya todo un resort. Le hicieron unas suites tipo depas que les quedaron de lujo, con una vista y unas amenidades padrísimas, entre ellas un restaurante de primera. Y sus vinos, ya te dije, retebuenos.

Pero me regreso a nuestra realidad, que en este caso no es triste, al contrario, es una muy feliz realidad que aquí en Monterrey sigamos estrenando gastronomía y mixología de tan buen nivel como la que nos trajo The Wine Bar de la mano del Grand Cru de Punto Central, que presume su autoría en la propia marquesina del lugar.

El restaurantito les quedó además muy coqueto, con una ambientación afrancesada de sillones aterciopelados en velour carmesí, en una atmósfera oscurita y sensual que te va relajando los principios de la mano del vino.

Y la vela y la flor exótica te ayudan a crear un mood aún más pícaro en tu mesa, pero, qué desesperación con mi marido, ¡no quita esa cara de muerto! Con la flor y con la vela realmente siento que lo estoy velando.

El resto de la decoración está llena de detalles y figuras por descubrir. Ya con una botella hasta se mueven. Clávate en los candiles, bonitos y muy clásicos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR