Que queden perfectos

AutorSamantha Alcocer

En platos dulces o salados, el huevo es un alimento versátil.

Cocinarlo con algún acompañamiento es una receta que resuelve sencillamente el hambre, ya sea en desayuno, comida o cena.

Lo más interesante de los huevos es que permiten que quien los consuma lo haga a su propio gusto y con la consistencia preferida.

En el País es más común encontrar a personas que prefieren comerlos recocidos y con la yema dura. Esto hace que el huevo pierda cualidades como su suavidad y cremosidad, que son, precisamente, los atributos que sirven para dar consistencia a diversos platillos.

Éstas son cuatro sugerencias para preparar a la perfección distintos platillos con el huevo como ingrediente principal.

Fritos

Aunque es la opción menos saludable, lo especial del huevo frito es que hecho correctamente adquiere una textura crujiente.

Coloca en una sartén plana y caliente aceite suficiente para cubrir toda la superficie.

Rompe el huevo y deja que se cocine. Inmediatamente se hinchará y comenzará a chasquear y las esquinas deberán tornarse cafés.

Con mucho cuidado, inclina la sartén levemente y con ayuda de una cuchara vierte aceite sobre la clara, la yema debe cocinarse con el calor natural que recibe.

Debe adquir un aspecto hinchado, crujiente y en partes como encaje. El proceso debe durar en total dos minutos, con el sartén precalentado.

Es importante usar aceite de oliva y no mantequilla, porque el calor es muy alto y quemaría el huevo.

Hervidos o duros

Dependiendo del gusto, el objetivo de hervir un huevo puede ser tener una yema completamente dura y algunos la preferirán más blanda.

Para obtener una consistencia cremosa y brillante, sólo hay que cuidar el tiempo.

El huevo o huevos deben ser colocados despacio en una pequeña olla con agua que haya sido calentada previamente y esté hirviendo.

El tiempo de espera es de 7 minutos.

Después de este tiempo se pueden trasmitir a un recipiente con agua y hielos para un baño congelado o disfrutarse calientes.

Revueltos

Ésta es una de las preparaciones más fáciles de arruinar, ya que se puede dar al huevo una consistencia grumosa.

Para una porción es recomendable quebrar dos huevos en un plato aparte y agitarlos con un tenedor o batidor de globo hasta que tengan una apariencia homogénea porque la yema y clara se cocinan en tiempos diferentes.

Antes de vaciar en la sartén se pueden volver a revolver, esto dará un poco aire a la mezcla y garantizará que al ponerla al fuego el resultado sea sedoso, denso y...

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