PULSO ECONÓMICO / El empleo en el sexenio pasado

AutorJonathan Heath

El sexenio pasado será recordado por la corrupción desbordada, la impunidad exagerada, los homicidios récord, el incremento en la inseguridad pública, la expansión del crimen organizado, el aumento en secuestros, la práctica casi generalizada de extorsiones, la aparición de los huachicoleros a diestra y siniestra y hasta robos a trenes. También quedará en la historia como el que terminó con la aprobación mínima histórica de cualquier Mandatario. Sin duda, existió la sensación de una descomposición social, que el Presidente en turno minimizó como un "mal humor" social.

En materia económica, el sexenio fue por demás decepcionante. A pesar de todas las reformas estructurales que prometían destrabar el crecimiento mediocre, el crecimiento terminó siendo mediocre. La inflación empezó en 4.1 por ciento y terminó en 5.2 por ciento. La deuda pública aumentó 10 puntos porcentuales del PIB y aun así el valor agregado del gasto público fue la más baja desde que el INEGI tiene datos. El tipo de cambio arrancó en 12.93 y concluyó en 20.35 pesos por dólar. La sobreexplotación de Cantarell de la década pasada y la falta de nuevos yacimientos nos llevó a perder el estatus de exportador neto de petróleo. La inversión pública cumplió ocho años al hilo con tasas negativas y ahora se ubica en niveles parecidos a los que existían antes de la Segunda Guerra Mundial.

No obstante, dentro de los pocos datos favorables que hubo encontramos la tasa de desempleo urbano, que empezó el sexenio en 5.9 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) y termina en 3.89 por ciento. También encontramos una mejoría notable en la tasa de subempleo nacional, que se ubica en 8.0 por ciento en noviembre de 2012 y terminó en 7.1 en noviembre de 2018. Sin embargo, el problema de fondo es que esta mejoría se logró mediante la creación de empleos de muy baja remuneración.

Las reformas laboral y fiscal crearon incentivos que lograron disminuir la tasa de informalidad de subordinados y de trabajadores independientes (mediante la creación del régimen de incorporación fiscal) que, combinado con un esfuerzo de fiscalización del IMSS, contribuyeron de manera importante a la incorporación de trabajadores al IMSS. Observamos una mejoría en la tasa de informalidad laboral en el sexenio al pasar de 60.2 por ciento en el último mes del sexenio de Calderón a 57.1 por ciento al terminar EPN. Aun...

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