Proyecto Familia/ ¿Usted le pega a su hijo?

AutorDiana Rodríguez de Ibarra

Educar a los hijos es la tarea más importante y difícil que cualquier persona pueda tener. Es además un compromiso muy grande que no medimos hasta que los tenemos en nuestros brazos, pues representa un gran reto formarlos para que sean gente de bien, es decir, personas responsables y felices en su caminar por la vida.

La preocupación más generalizada de los padres en la educación de los hijos es la disciplina, y generalmente se piensa en ella relacionándola con castigos.

Para disciplinar a los niños se requiere conocimiento y yo diría que éste se debe adquirir antes de que nazcan los hijos, pues de esta manera se tendrá la forma y la conciencia para actuar realmente corrigiendo sin crear resentimientos.

Pegar no es disciplinar.

Todos los niños y jóvenes se comportan a veces en forma por demás descontrolada que no debe ser pasada por la autoridad; deben ser amonestados en forma adecuada para corregir la conducta indisciplinada.

Es reconocido por la mayoría de los padres que el método disciplinario que utilizan para corregir a sus hijos es el golpe, aunque también reconocen que lo hacen movidos por el coraje del momento para después arrepentirse.

Se piensa en pegar como primera medida y casi como único recurso, aunque en realidad debiera quedar como última opción o no recurrir a ella, ya que está comprobado que los resultados que se obtienen son pocos y contraproducentes.

Pegar como método correctivo es una agresión al hijo que tiene por lo menos dos agravantes: alevosía y ventaja, y no es raro que en algunos casos también premeditación.

Por ejemplo, es muy común la situación en que la madre amenaza al hijo con la frase "le voy a decir a tu papá", y éste para corregirlo planea que al llegar a la casa le va a dar de "cintarazos".

Es correcto que la mayor fuerza física de los padres deba utilizarse, pero no para lastimar, sino para poner el alto e impedir que el hijo continúe golpeando a otro niño o a sus mismos padres, cuando pone en peligro su vida o cuando destruye la propiedad.

Paradógicamente, una de las conductas que los padres se esfuerzan por erradicar en sus hijos son los pleitos a base de golpes, haciendo ellos lo mismo.

Los niños no nacen sabiendo pegar, lo aprenden y lo más seguro es que lo aprendan de los mismos padres.

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Son varias las razones y aunque se justifican diciendo que es para que el niño aprenda a portarse bien, en el fondo reconocen que ésta no es la principal causa. Alguna de...

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