Proyecto Familia/ ¿Ya supiste...?
Autor | Maru Sweeney |
Hace muchos años, en la antigua Grecia, una señora cansada de la imagen de chismosa y criticona que los demás tenían de ella decidió rectificar su conducta.
Para empezar, decidió acudir a un sabio que le ayudaría a corregir sus errores del pasado lleno de intrigas. El sabio le dijo:
-Sube a lo alto de esa torre y lleva contigo una almohada de plumas. Una vez en lo alto, deja caer todas las plumas al suelo, luego baja y recoge una a una hasta volver a llenar toda la almohada.
-¿De qué servirá eso?, preguntó intrigada la señora.
-Si logras recoger todas las plumas que dejaste caer, también lograrás enmendar el daño que hiciste con los rumores que, como plumas en el aire, esparciste a lo largo de tu vida.
Entre chismes.
Hablar de otras personas, ya sea en forma positiva o negativa, para trasmitir una noticia o para difundir un escándalo, se conoce vulgarmente como "chisme" o rumor, el cual parece ser un ingrediente que se encuentra presente en las relaciones humanas desde el comienzo de la civilización.
Todas las personas de una u otra manera han participado en alguno de los anteriores. Y aunque se trate de transmitir un "chisme inofensivo", si no se tiene cuidado con el tiempo, la forma y las personas a las que se les participa la "noticia", ésta puede dar lugar a un sinfín de interpretaciones convirtiéndose así en un "chisme destructivo".
El chisme parece haberse convertido para muchas personas en un mal hábito que tiene consecuencias tanto a nivel familiar, social y personal.
-- En el ámbito familiar, basta que una sola vez se critique a cualquier persona, o peor aún, a algún miembro de la familia en presencia de los hijos, para que estos últimos adquieran uno de los peores hábitos que se pueden inculcar.
Si los hijos aprenden a ver este tipo de conducta como natural, será difícil educarlos en la prudencia, tolerancia y respeto a los demás.
Hay que recordar que los principales modelos de conducta provienen de los padres, quienes son los primeros y más importantes educadores.
-- En el ámbito social, una persona que tiene la necesidad irresistible de criticar a los demás, habla peor de sí misma que de la persona a la que critica.
Cuando se critica negativamente y a espaldas de otros, se pierde el respeto y la confianza de las personas. Además se gana la reputación de persona chismosa o criticona, que muy difícilmente se borrará, además de ser la mejor forma de ganar enemigos.
-- En cuanto al ámbito personal, ninguna persona que haya hablado...
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