Proyecto Familia/ Un estilo de vida diferente

AutorEdna García de Martínez

Integración es remover los obstáculos que separan a los niños de las escuelas a las que sueñan asistir, y no les es posible debido a las etiquetas que les han asignado.

"Aquí no podemos aceptar a su hija, no estamos preparados para tener alumnos especiales. En esta escuela sólo hay niños normales".

Por desgracia muchos niños "especiales" son etiquetados y se les niega la oportunidad de asistir a la escuela con otros compañeros "normales" debido a sus particulares características.

Algunos padres de hijos con necesidades especiales reciben con tristeza y desilusión comentarios despectivos como el anterior.

Para ellos, contar con una escuela que se comprometa con la formación integral de sus hijos se llega a convertir en ocasiones en un sueño imposible de alcanzar.

¿Qué les espera a niños que padecen discapacidades más severas?

'Somos complemento'

En todas las escuelas se encuentran niños a los cuales se les dificulta cierta actividad, por ejemplo, participar en eventos deportivos, relacionarse con sus compañeros, algunos presentan problemas de disciplina, matemáticas o lectura.

Sin embargo, asisten a un salón de clases y en la convivencia diaria con sus compañeros van superando o mejorando poco a poco las diversas áreas de su desarrollo.

Esta misma oportunidad es el anhelo de los niños llamados "especiales": asistir y disfrutar de su derecho por la educación en un ambiente escolar regular.

Con su presencia confirman a sus compañeros que todos los seres humanos son diferentes, que es normal convivir con alguien que padece alguna dificultad o situación diferente a la propia.

Y que los rechazos o desprecios son injustos, ya que ellos no eligieron esa condición de vida y en cualquier momento estarían dispuestos a cambiar de rol.

Más que una actitud...

Esperar que cada escuela tenga un equipo de especialistas para tratar cada caso de educación especial suena irreal y lejano. Lo real e inmediato es la actitud y disposición por aceptarlos.

"Querer es poder" dice el refrán, y en cuestión de educación y formación humana no hay excusa que valga.

Los adultos son el ejemplo y la clave para formar actitudes de respeto, equidad y compañerismo. Por lo tanto, es necesario que la escuela, maestros y padres de familia compartan los mismos ideales.

Los niños en forma natural aceptan a un compañero "diferente", irónicamente son los adultos los que inyectan algunas dosis de rechazo, discriminación, incertidumbre y otras actitudes negativas. Y no faltan aquellos...

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