Una probadita de su amor
| Autor | Juan Manuel Navarro |
GENTE!/Enviado
LOS ANGELES.- Inspirado en un artículo que apareció publicado en una revista norteamericana y en el deseo de conocer más sobre la industria del secuestro, el director Taylor Hackford crea la historia protagonizada por Meg Ryan y Russell Crowe.
Prueba de Vida, que se estrena hoy a nivel nacional, no ha sido tan comentada por su contenido, sino por el hecho de haber servido como "cupido" para que Meg y Russell se conocieran e iniciaran una breve relación amorosa, que terminó al poco tiempo y que acabó con el matrimonio de la actriz con Dennis Quaid.
De hecho, en Estados Unidos se realizaron varias encuestas en diferentes medios y los resultados coincidieron en que los encuestados iban a ver el filme por la curiosidad de ver la química de la pareja en pantalla.
Sin embargo, a su director no le gusta que la audiencia vea el filme sólo por eso, sino porque en la trama da a conocer aspectos pocos conocidos sobre el tema del secuestro.
"Siempre tuve el miedo que la gente la percibiera así, porque después de ver tantas notas en los tabloides que hablaban de su romance, ya no iban a querer ver la película cuando se estrenara", dijo Hackford, "pero quiero enfatizar que no tiene nada que ver con la vida real, es una historia totalmente diferente. Es sobre un fenómeno que está sucediendo en muchas partes de Sudamérica, que es el secuestro, del cual todos estamos expuestos".
Prueba de Vida trata sobre este negocio, que en los últimos años ha crecido tanto en Sudamérica como en México, en ocasiones apoyado por personas de alto rango en el gobierno.
Meg es Alice, quien junto con su esposo viven en una cuidad de Sudamérica, a la que la llamaron Tecala.
Su esposo, un ingeniero norteamericano, es secuestrado en ese lugar por la guerrilla y piden por su rescate 3 millones de dólares.
La compañía de su esposo se niega a pagar el seguro del rescate, por lo que es cuando el personaje de Russell (Terry Thorne), un experto en secuestros, se ofrece gratuitamente para cumplir el trabajo.
"Si yo me hubiera ido por el morbo, no hubiera editado algunas escenas que filmamos donde los personajes de Meg y Russell tienen un encuentro amoroso", expresó el director.
Sin embargo, sí dejó una escena donde los actores se dan un beso en pantalla, que provocó aplausos y gritos de la audiencia en algunas salas cinematográficas de Estados Unidos.
"El público sabe que ese romance, fuera de la pantalla, nunca fue premeditado", afirmó el director.
La historia de Prueba...
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