Los privilegios de la observación

AutorSergio Zepeda de Alba

ENVIADO

COZUMEL.- El viento se cuela por las ventanas y el mapa revolotea en el tablero; con la vista fija en el horizonte, avanzamos por la carretera Transversal en dirección al sitio arqueológico de San Gervasio.

A nuestra izquierda emerge la vegetación típica de la zona: matorrales costeros, así como mangles rojos y negros, y la derecha, el mar y playas extensísimas.

Para llegar a San Gervasio abandonamos la carretera y accedemos a un pequeño camino pavimentado que se encuentra a unos 7 kilómetros al este del poblado de San Miguel.

Estamos listos para encontrar los vestigios que dejaron los mayas, primeros pobladores de Cozumel.

De acuerdo con la arqueóloga Thelma Sierra Nava, la ocupación más antigua de San Gervasio se da entre los años 200 y 600, en el periodo conocido como Clásico Temprano.

Pero no es sino hasta el Posclásico Tardío, entre los años 900 y 1200 cuando el asentamiento cobra su mayor auge.

En ese entonces, los antiguos mayas solían realizar una travesía marítima desde la costa oriental de Yucatán hasta Cozumel, arribaban al santuario de la diosa Ixchel, también conocida como diosa de la luna, la señora de las mareas y a la que asociaban con la fertilidad.

Es sobre todo en ese periodo cuando también se construye la red de "sacbeobs" (en singular sacbé, significa camino blanco), una especie de senderos cubiertos de estuco o cal que todavía hoy se encuentra por todo Cozumel, y que se puede recorrer con previo permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Basta contactarlos ya sea vía electrónica o telefónica y arreglar el recorrido con un guía especializado.

Nos perdemos entre estos caminos explorando San Gervasio a nuestro antojo. Lo mismo se ven unas manos pintadas en la estructura conocida como Las Manitas, con sus dos pilares y el resto de una pared, que la silueta desdibujada de antiguas deidades mayas, como la diosa Ixchel.

De igual manera, los turistas con los que nos topamos a nuestro paso se pierden para curiosear por los conjuntos arquitectónicos, por supuesto sin traspasar los accesos que se encuentran cerrados debido a las excavaciones y al trabajo continuo que se realiza en la zona.

Así, siguiendo la estela blanca de los caminos mayas, se puede llegar hasta la estructura conocida como Ka' Na Nah o Casa Alta, un templo cuadrangular de cerca de 5 metros de alto con dos escalinatas.

De acuerdo con Jesús Galindo Trejo, astrónomo de la UNAM y especialista en pintura mural, la orientación de la estructura...

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