Un Presidente motorizado

AutorPablo César Carrillo

EL NORTE/GUANAJUATO

SAN CRISTOBAL. - El Presidente Vicente Fox cerró el año a 30 por hora.

Arriba de una moto Polaris de cuatro llantas, de 500 centímetros cúbicos, semiautomática, recorrió los ranchos de El Desagüe y la Gorda Atorada, el último día del año.

Metió el acelerador, subió veredas, esquivó huisaches, mostró destreza en la moto.

"Ojalá que así maneje el país, si no, a poco nomás la moto", dijo Héctor Andrade, un ejidatario que lo vio pasar y que tiene problemas para vender a buen precio el maíz blanco y que necesita financiamiento para sembrar.

"Una moto la maneja cualquiera, pero un país es distinto", dijo.

Fox se empolvó las cejas. El último día del año 2000 lo dedicó a meterse en los caminos de terracería de la Gorda Atorada -un pueblo llamado así porque ahí no hay agua y se les atora la gorda-, muy lejos de Chiapas y de Tabasco.

No respetó la seguridad del Estado Mayor y los dejó atrás para perderse en los cerros pelones.

A lo lejos, los aldeanos veían venir tres motos y de repente descubrían que era Fox. Así lo vio pasar Candelario Durán, un ranchero montado en un burro que se cruzó en su camino. Ahí se encontró con Elpidio Mata, un aldeano que sacó a "pastear" las vacas por última vez en el año.

"Fox es de aquí, de nosotros", dijo Elpidio, sombrerudo y huarachudo, arriba de un caballo, luego de haberlo saludado como si fuera don Chente el de la tienda.

Se paró a platicar con...

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