Prenden alerta contra deserción
| Autor | Daniel Santiago |
Un millón 55 mil niños y sus maestros están listos para inyectarles vida a las escuelas de Nuevo León a partir de mañana.
Pero el entusiasmo y las expectativas de un nuevo año escolar parecen no ser las mismas para los niños, niñas y adolescentes en el Estado que no regresarán a clases.
Durante el ciclo escolar que terminó en julio, 28 mil 561 alumnos de educación básica dejaron de asistir a la escuela. Pero lo que más alarma es que no se sabe si algún día regresarán a las aulas. Muchos probablemente no.
Un ejemplo son Ángel Moisés y Margarita, quienes recién terminaron la primaria y por falta de recursos están a punto de repetir la historia de su hermano mayor Aarón, de 16 años, quien tras acabar la primaria hace cuatro años ya no ingresó a secundaria.
A unos días del arranque del ciclo los hermanos no sabían a qué secundaria iban a ingresar, no estaban inscritos en ninguna.
"Desde cuándo ya debería haber ido a entregar la papelería, pero como no tengo dinero para moverme no la he entregado", cuenta su papá, Margarito, quien vive en Montebello, una zona en la periferia del área metropolitana, en Juárez.
"No hay cómo comprarles todo lo que necesitan. Ahorita en la secundaria piden muchas cosas y a veces es difícil comprarles todo lo que ocupan".
Su hija menor, Esmeralda, es la única inscrita, ella va a sexto grado.
Otro caso son Citlali y Lluvia, quienes tampoco saben cuándo volverán a las aulas. Las también vecinas de Montebello, en Juárez, abandonaron la secundaria desde marzo pasado porque los ingresos familiares no alcanzaban para pagar los 50 pesos diarios que les costaba el transporte.
Su papá es albañil y, como ingreso extra, la familia vende elotes.
"Como Lluvia ya va a cumplir 15 años, me decía 'mami, méteme al INEA (Instituto Nacional para la Educación de los Adultos) porque ella sí quiere seguir en el estudio", comenta la madre de las dos adolescentes.
Cerca del sector donde ellas viven hay dos secundarias a las que podrían asistir, pero a ninguna han podido ingresar. La respuesta que han obtenido cuando han querido inscribirse, cuentan, es que ya no hay cupo o que regresen después.
"Te dicen '¿de dónde viene?'. Y les digo, 'de Montebello'. Y como no están regulares los terrenos, me dicen espéreme o venga tal día, y así nos traen", cuenta su madre.
BUSCA PROGRAMA RETENERLOS
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