DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / 'Primos'

AutorCatón

Doña Macalota llegó de un viaje y encontró a su esposo, don Chinguetas, en el lecho conyugal con una estupendísima morena. "-Hijodeputaméndigocabrón!" -le gritó en una sola emisión de voz. "-Modérate, mujer -le dijo don Chinguetas-. Yo no me quejo cuando tú lees en la cama hasta la madrugada"... Un buceador se topó con una sirena, y empezó a refocilarse con ella, hasta donde tal cosa era posible. En eso vieron a un tiburón que venía a todo nadar hecho una furia. Exclamó la sirena con alarma (no es juego de palabras): "-¡Santo Cielo! ¡Mi marido!"... He aquí un principio que no falla: la intensidad de tu comezón es inversamente proporcional al alcance de tu mano... Una linda costumbre se conserva en algunos lugares de Nuevo León. Aun sin conocerte los vecinos te tutean y te dan tratamiento familiar. Si el que te habla es de tu misma edad te dice "primo". Si es menor que tú te llama "tío". Y si es mayor te trata de "sobrino". Desde luego yo ya soy tío de todos -incluso de los tíos-, y por eso recuerdo con nostalgia mis tiempos de actor itinerante. (Nostalgia es decir: "¡Ah, los fríos de antes, tan tibios!"). La compañía teatral en que yo actuaba fue a cierto pequeño pueblo a representar una "alta comedia" intitulada "Amor que Dura un Día" o "Serafina". En la trama el novio de la protagonista debía huir a consecuencia de un duelo infortunado en el cual dio muerte a su mejor amigo. La actriz que hacía el papel de Serafina estaba algo entrada en carnes, por no decir que era bastante gorda. Al darle el doloroso adiós el primer actor le dijo lleno de congoja: "¿Cómo puedo llevarte conmigo, amada mía?". Un incivil sujeto gritó desde el fondo de la sala: "¡En dos viajes, primo!". Años después un amigo mío, oriundo de otro poblado nuevoleonés, casó en Querétaro con una bella chica de buena condición económica y social, y la llevó a su solar nativo a fin de presentarla a sus papás. Ella pensaba que su flamante maridito era también de familia acomodada. Cuando llegaron a la terminal de autobuses los cargadores le decían al muchacho: "-¿Te ayudo con los velices, primo?". Ella le preguntó a su esposo, desolada: "-¿Son tus primos?". Tuvo él que explicarle los usos y costumbres de la localidad...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR