DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Entre iguales

AutorCatón

Don Jobilio, señor de franciscana mansedumbre, tenía problemas con su socio, un bribón a quien cuadraba bien el adjetivo que en Alvarado se usa para motejar a los de su ralea: hijueputa. El vil sujeto -Insidio era su nombre- abrió la caja fuerte del negocio y se llevó todo el dinero y documentos cobrables que había ahí. Después dejó en ceros la cuenta que en el banco tenían los dos conjuntamente. Luego, un buen día muy malo, don Jobilio se enteró de que el tal Insidio había vendido a ocultas el negocio propiedad de ambos, y tras hacerlo dispuso en su beneficio del producto de la venta. No acabaron ahí los abusos del fementido socio: esa noche don Jobilio llegó a su casa y lo encontró haciéndole el amor a su mujer en el lecho conyugal. El lacerado exclamó con acento quejumbroso: "-¡Ah, Insidio, Insidio! ¡Un día vas a llegar demasiado lejos!"... (Bien dice el expresivo refrán charro: "Caballo demasiado grande tira a penco; mujer demasiado coqueta tira a puta, y hombre demasiado bueno tira a pendejo". Por eso en su celebrado poema "If..." escribió Rudyard Kipling: "Si eres bueno con todos, pero no demasiado...")... Con acento solemne dijo el médico: "-Señora: su esposo se ha salvado". "-¡Dios mío! -se consternó la mujer-. ¡Ya vendí su ropa!"... Monseñor Aureliano Tapia Méndez, nacido en Jacona, Michoacán, pero que en Monterrey cumplió su ministerio, era dueño de una cultura enciclopédica que lo llevaba a ser gratísimo conversador. De él decía mi querido tío don Refugio García, Caballero de Colón: "Es una luminaria de la Iglesia". Y mi amigo Hiram Estévez, ajefista, decía de él: "A pesar de ser cura es un talento". Solía el Padre Tapia comentar sabrosamente los lapsus linguae en que incurrían sus feligreses al hacer las lecturas de la misa. Uno debió leer: "Hubo un varón en tierras de Ur...". Al hacerlo vaciló: "Hubo un varón en tierras de... de... de la Universidad Regiomontana...". Otro, en vez de decir: "Primera epístola de San Pablo a los corintios", leyó: "Primera epístola de San Pablo a los coreanitos". Pues bien: de los coreanitos hay que decir que en su país carecen de tres cosas: tierra suficiente, mano de obra barata y cercanía con Estados Unidos. Esas...

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