DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Casi el final

AutorCatón

¡Mañana! ¡Sí, mañana aparecerá aquí "El Chiste Más Pelado del Año"! Lo leyó doña Tebaida Tridua, presidenta ad vitam interina de la Pía Sociedad de Sociedades Pías, y le sobrevino una súbita epistaxis que la dejó descoñetada. Su médico de cabecera le trató ese accidente con emplastos de populeón hechos a base de hojas de adormidera, belladona y yemas de álamo negro mezcladas con manteca de puerco. De nada sirvió ese enérgico remedio: a cada rato la paciente caía en fanfurriñas que hacían temblar a los que estaban cerca. El esposo de doña Tebaida no sabía si ahorcar a su mujer o ahorcarse él. Por fortuna la ilustre dama cayó en un profundo sopor, y luego se quedó dormida. Cuando despertó 12 horas después se había olvidado de aquel infame cuento. Pidió un tazón de chocolate con tres conchas para sopearlas en el soconusco (así llama doña Tebaida al chocolate), seña de que no recordaba ya el relato que la desmadejó. Lean mis cuatro lectores, mañana, ese desaforado chascarrillo cuya sicalipsis supera a todos los que en el curso de este año han aparecido aquí... Doña Macalota, esposa de don Chinguetas, tenía en su casa una criadita de profusa anatomía tanto en lo concerniente al tetamen como al nalgatorio. Una tarde sus amigas fueron a merendar, y no pudieron menos que notar los notables atributos orográficos de la muchacha, pues además ella hacía ostentación de sus prominencias, que agitaba y meneaba al caminar. Una de las amigas de doña Macalota le preguntó: "¿No te inquieta tener en la casa una mujer así? Podría gustarle a tu marido". "Y le gusta -contestó a doña Macalota-. Pero eso me conviene. A veces Chinguetas se olvida de mí, y la vista de la muchacha hace que se acuerde"... El agente de seguros se entrevistó con don Cornulio. Quería venderle un seguro de vida. El presunto cliente, sin embargo, resistía todos los argumentos de venta. Finalmente el agente recurrió al resorte sentimental. Le dijo al renuente señor: "¿Se ha preguntado usted qué hará su esposa el día que usted emprenda el viaje que no tiene retorno?". Respondió don Cornulio: "Supongo que simplemente ya no se esconderá para hacer lo que hace ahora cuando emprendo viajes que sí tienen retorno"... Tres caballeros de edad muy...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR