DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Lleno de amor

AutorCatón

El Señor le preguntó a Eva en el paraíso: "¿Qué te parece el hombre?". "No está del todo mal, Señor -respondió ella-. Pero cometiste un error al hacerlo: la única parte de él que a las mujeres realmente nos interesará no es desprendible"... Un solterón empedernido le contó a su amigo: "Estoy indeciso entre comprarme un perro o casarme". "Ya entiendo -replicó el amigo, solterón como él-, no sabes si arruinar tu alfombra o arruinar tu vida"... Simpliciano, joven pacato sin mucha ciencia de la vida, le hizo una consulta a Afrodisio Pitongo, perito en cosas mundanales. Le dijo: "Cuando estoy con una chica en un restorán y siento ganas de ir al pipisrúm , no sé cómo decírselo". Le aconsejó Pitongo: "Dile que vas a ver a una amiga muy cercana que más tarde le vas a presentar"... Un nuevo rico se compró un caballo de carreras. Desconocedor por completo de ese giro adquirió el que le vendieron unos vivales que se aprovecharon de su mucho dinero y de su poco saber para venderle un caballejo de lo peor. En su primera carrera, el matalote llegó al último. El ricacho le preguntó, furioso, al jockey: "¿No podías correr más aprisa?". "Claro que podía, señor -respondió el jinete-. Pero si me hubiera bajado del caballo me habrían descalificado"... Escribió Imelda Montemayor: "Solían estar presentes Tony Espinosa, el trovador yucateco; el trío Los Tres Reyes del gran guitarrista de renombre internacional Gilberto Puente; Fito Galindo -el autor de 'Se vende un caballo', 'La última muñeca', 'Primera, segunda y tercera' y otros éxitos-; Los Violines de Villafontana, y Armando Fuentes Aguirre, 'Catón', con su famosa 'Toña', una canción muy alegre compuesta por él mismo...". Me apena ser citado al lado de esos grandes artistas, pero ya se sabe que Dios ama a los que cantan bien y nos perdona a los que cantamos mal. La bohemia es cosa linda que nos une a todos en el común amor a la canción. Tratándose de bohemios Dios nos cría y "El Charro" nos juntaba. Sus bohemiadas daban principio a las 2 de la tarde y terminaban el siguiente día, cuando el Sol empezaba ya a asomar las nachas por los balcones del Oriente. "El Charro" era -y es, y será siempre- Jesús Garza Arocha. Hombres tan llenos de amor como él he conocido pocos. Amaba...

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