DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Los detalles

AutorCatón

Aquel ejecutivo comentó en su casa: "Mi nueva secretaria es una muñequita". Preguntó su pequeña hija: "¿Y cierra los ojos cuando la acuestas?". (¡Inocente!)... El instructor de paracaidismo le indicó al novato: "Te lanzas, cuentas hasta 10 y abres el paracaídas". El novato, que era tartamudo, inquirió nervioso: "¿Has-has-hasta cuán-cuántas de-de-debo co-contar?". Le contesta el instructor: "Hasta dos"... Empédocles Etílez, el borrachín del pueblo, fue a la consulta del Dr. Ken Hosanna, reconocido médico, y le contó que con frecuencia batallaba para ponerse en aptitud de hacer obra de varón. Después de examinarlo le dijo el facultativo: "No puedo dar con la causa de su mal. Ha de ser por la bebida". "Muy bien -se levantó Empédocles-. Volveré cuando esté usted sobrio"... En el bar, un tipo le confió a otro al que acababa de conocer: "Me preocupa que en el momento del orgasmo, mi esposa grita: '¡Armando! ¡Armando!'". Preguntó el otro: "¿Por qué te preocupa eso?". Respondió el primero: "Porque me llamo Leovigildo"... El dinero, escribió Somerset Maugham, es como un sexto sentido sin el cual no se puede hacer uso de los otros cinco. Bien dijo Jacob Astor: "Si es cuidadoso y se sabe administrar, un hombre que gane un millón de dólares al mes puede vivir como si fuera rico". Don Crésido era señor adinerado. Tanto que nunca hablaba de dinero. En un lujoso bar conoció a una bella dama. A fuer de ejecutivo inmediatamente fue al asunto. "Le ofrezco mil dólares -le dijo- si pasa conmigo un fin de semana en mi yate". "¡Está usted loco! -respondió airadamente la mujer-. ¡Por quién me toma, idiota!". "No hay necesidad de molestarse -replicó, displicente, el ricachón-. Le ofrezco 5 mil dólares". "Es usted un majadero" -contestó la mujer. "Tampoco hay necesidad de molestarme -habló él-. Le daré 25 mil dólares y una bolsa de pan de pulque de Saltillo". "Le ruego que no insista, caballero". El tono de la dama fue ahora más suave. "Abreviemos -dijo entonces don Crésido-. Le ofrezco 100 mil dólares". Preguntó, vacilante, la mujer: "¿Y la bolsa de pan de pulque no?". "La incluiré", declaró, munificente, el dineroso seductor. "Está bien -cedió la dama-. Por esa cantidad...

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