DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Demasiado tarde

AutorCatón

Rosibel, muchacha en flor de edad, se sentía cansada, fatigada, molida y estragada. Fue a la consulta del Dr. Pete Witaria, reconocido médico, y éste se percató de que la joven estaba mal alimentada. Le dijo: "-Su problema desaparecerá con tres comidas diarias". Unas semanas después la paciente regresó. Había seguido escrupulosamente la indicación del facultativo, declaró, y sin embargo ahora se sentía más estragada, más molida, más fatigada y más cansada. El galeno se sorprendió. Le preguntó: "-¿Hizo usted las tres comidas diarias que le aconsejé?". "-¿Tres comidas? -exclamó azorada Rosibel-. ¡Santo Cielo! ¡Yo oí con ge!"... El marciano recién llegado a la Tierra le dijo al semáforo: "-Te amo, Lucina, pero últimamente has estado cambiando mucho"... Le comentó el galán a su dulcinea en tono insinuativo: "-Me gusta lo que tienes bajo el brassiére". "-¿Qué?" -preguntó ella, amoscada. "-El corazón" -respondió el muchacho con una gran sonrisa. "-Ah, vaya -dijo la chica-. Entonces a mí me gusta lo que tienes tú entre las piernas". "-¿Qué?" -preguntó muy interesado el galán. Contestó ella: "-La bicicleta"... Aviso importante. El viernes próximo narraré aquí un chascarrillo propio de golfantes. Ese cuento provocó un verdadero revulú en la Pía Sociedad de Sociedades Pías, cuya presidenta ad vitam interina, doña Tebaida Tridua, me envió incontinenti un memorial en 12 fojas útiles y vuelta en el cual me prohíbe expresamente la publicación de esa execrable historia, "so pena de repudiación social". No me siento obligado a acatar la consigna de la ilustre dama. Le debo respeto, pero no obediencia. Entregaré pues a los tórculos el relato mencionado ut supra. Saldrá el siguiente viernes. ¡No se lo pierdan mis cuatro lectores!... Dos matrimonios jóvenes fueron a vacacionar juntos en un hotel de playa. Cenando estaban una noche cuando falló la energía eléctrica y se apagó la luz. Cada uno de los esposos tomó de la mano a su mujercita y se encaminó con ella a su habitación. Uno de los maridos era devoto practicante de su fe, de modo que antes de meterse a la cama donde su esposa lo aguardaba se puso a cantar himnos religiosos. Para mayor precisión de...

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