Plaza Pública / Sinaloa, Tamaulipas

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La violencia criminal asociada al narcotráfico, y el auge de este ruin negocio en complicidad con autoridades locales y federales son factores dominantes en el paisaje social de Sinaloa y Tamaulipas, pero no parecen afectar la decisión de los votantes, que se muestran dispuestos a prorrogar el predominio del PRI en esas entidades. Quizá por eso en la contienda por las Gubernaturas se han diluido las fronteras entre los principales participantes. En Sinaloa, el candidato panista era miembro del Gobierno priista. En Tamaulipas, los candidatos son intercambiables. Podrían haber sido indistintamente presentados por el PRI o por el PAN, así de semejantes son sus propuestas, sus trayectorias, sus talantes.

Además de la gubernatura, los sinaloenses elegirán hoy 18 Ayuntamientos y 40 Diputados locales. En la contienda por el Poder Ejecutivo participa una candidata, la única mujer postulada para ese cargo en las cuatro entidades donde hoy se disputan Gubernaturas. Ella es Naysin Aimé Espinosa, presentada por el Partido Barzonista Sinaloense, una minúscula expresión local que apenas figura en las encuestas de preferencias electorales. Ese es el caso también de los candidatos de Convergencia, Felipe Manzanares; Gerardo Rosete, del PT; y Rolando Lizárraga, del Verde, que en Sinaloa no acompaña al PRI tal como es su sino actual.

Tales sondeos otorgan en general ventaja al aspirante priista, designado a dedo por el Gobernador Juan S. Millán, de quien es amigo de siempre y con quien comparte militancia en la CTM, amén de egresar ambos de la universidad estatal. Caso raro el de Sinaloa a ese respecto: no obstante el predominio de las actividades primarias (agricultura y pesca, sobre todo) y de los servicios, como el turismo, en tres décadas ha tenido dos Gobernadores procedentes del sector obrero (Alfonso Calderón en los setenta y el saliente Millán) y es probable que tenga uno más si se consuma la victoria de Jesús Aguilar Padilla.

Sin embargo, es preciso considerar el ascenso del aspirante panista, Heriberto Félix Guerra. Apenas en septiembre, la encuesta del grupo Reforma presentaba al candidato priista con una amplia ventaja sobre el del PAN: 53 por ciento contra 31 por ciento. En dos meses, sin embargo, Félix Guerra prosperó hasta 41 por ciento, mientras que Aguilar Padilla se mantuvo en la misma puntuación. Claramente hubo un traslado de la intención de voto en favor del PRD (cuyo candidato es el ex rector de la universidad estatal, Audómar Ahumada), cuya posición disminuyó en ese lapso de 13 a 5 por ciento.

La candidatura priista se concretó en los términos ideados por el Gobernador gracias a la declinación de algunos precandidatos y a que otros prefirieron marcharse del PRI. Ese es el caso...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR