PLAZA PÚBLICA / Sabines contra Salazar

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Está en uno de sus puntos culminantes la vieja querella entre Juan Sabines Guerrero, Gobernador de Chiapas, y su antecesor Pablo Salazar. Éste lleva la peor parte en el conflicto: está detenido en el penal de El Amate, en espera de que un juez del fuero común -por ende dúctil ante el Ejecutivo local- decida si lo somete a proceso.

La porción más visible de la disputa entre esos dos políticos, antaño miembros del PRI y separados de él con el fin de llegar al Gobierno por la vía opositora, ha ocurrido en los últimos tres meses. Salazar, tratado ásperamente por su sucesor apenas fue relevado en la Gubernatura, decidió contestar a la pertinaz acusación oficialista de haber mal dispuesto de los recursos federales y locales previstos para la reconstrucción necesaria tras el terrible golpeo del huracán "Stan" a Chiapas.

En la campaña contra el ex Gobernador, el actual titular del Ejecutivo contó con la decidida colaboración y apoyo de partidos de los que formalmente se distanció: el propio PRI de que fue militante y el Partido Verde, cuya presencia en la entidad permite augurar que uno de sus miembros, el Senador Manuel Velasco Coello, reemplazará el año próximo a Sabines. No se trata de una relación extraña en éste, que ha mostrado en su breve vida pública una notoria carencia de escrúpulos políticos, que lo dota de muy alta flexibilidad para obtener provecho personal de las coyunturas políticas en que participa.

Salazar demostró documentalmente que las acusaciones sobre mal uso de los recursos del "Stan" no tenían fundamento. Adujo, de manera contundente, que la comisión para la reconstrucción motivada por aquel fenómeno meteorológico había concluido sus funciones por haber cumplido los fines para los que fue creada. Así lo declaró, en el decreto respectivo, emitido en 2008, el propio Gobernador Sabines. El ex Gobernador difundió su versión de los hechos a través de la red, que le permitió remitir mensajes por correo electrónico a 100 mil destinatarios. Buscó además reforzar su defensa mediante un impreso cuyo tiraje de 50 mil ejemplares fue sustraído de su domicilio en Tuxtla Gutiérrez la semana pasada. Salazar no vaciló en acusar políticamente a Sabines del asalto, realizado por individuos enmascarados portadores de armas largas, que redujeron a los vigilantes y robaron únicamente los ejemplares del impreso, pues en eso consistía su encomienda.

La denuncia de esos hechos ante el Ministerio Público federal precipitó la obviamente preparada...

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