Plaza Pública/ Manifestaciones
| Autor | Miguel Angel Granados Chapa |
Desde el primer día de su Gobierno, al siguiente de su toma de posesión, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal ha anunciado medidas, actitudes o envíos a la Asamblea Legislativa, que van delineando su forma de gobernar. No se trata de decretos ni acuerdos en el sentido del derecho administrativo, sino de bandos informativos. Así los ha llamado, y sus contenidos adoptarán la forma legal que corresponda, pues por ahora su intención es participar a los ciudadanos de sus propósitos en cada uno de los 14 temas a que, hasta ayer miércoles, se refieren esos documentos. Son comunicaciones a los medios informativos, ante los cuales los suscribe Andrés Manuel López Obrador. Al emitirlos ha querido resucitar una denominación propia del municipalismo, para volver a la cercanía comunicativa que mantuvieron los gobernantes con los gobernados cuando las dimensiones de las ciudades lo permitían. Aunque su redacción no tiene la "voluntad de estilo" que caracterizó a los bandos de don Enrique Tierno Galván, el primer Alcalde elegido en Madrid después de la transición, parece haberse inspirado en ellos, por el espíritu renovador de la ciudad que animó al viejo profesor.
El martes 19, López Obrador emitió el bando número trece, referido a las marchas y otras manifestaciones. Por la naturaleza del tema, en vez de expresarse sobre sus modalidades, el Jefe de Gobierno ha llamado a una consulta, que a través de una encuesta indague el ánimo de los capitalinos sobre esa forma de activismo civil o político, un asunto que como pocos polariza las opiniones. La multiplicación de actos de esa naturaleza, y su frecuente conversión en bloqueo de vialidades de diversa importancia, todo ello en medio de las crecientes dificultades del tránsito rodado, obliga a un abordamiento que el Gobierno de la ciudad hará sólo después de esta toma de pulso.
Como parte de un ejercicio que subraya la importancia que concede el Gobierno al acompañamiento de los gobernados, López Obrador invitó a dos ciudadanas y un ciudadano con presencia pública y prestigio personal a que sean avales de la encuesta, para que no exista ni sombra de duda sobre su legitimidad. Se trata de doña Rosario Ibarra, cuya tenaz búsqueda de desaparecidos políticos la ha convertido en un emblema de moral ciudadana; de la escritora Angeles Mastretta, célebre autora de novelas y cuentarios reveladores de su destreza e imaginación; y de Luis Rubio, ensayista y animador de proyectos de investigación social...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba