Plaza Pública/ Las madres de candidatos
| Autor | Miguel A. Granados Chapa |
Todavía estaba vivo el eco de las aclamaciones a Andrés Manuel López Obrador durante el mitin del 5 de mayo, cuando al atardecer del día siguiente, el sábado 6, recibió la infausta nueva de la muerte de su madre, doña Manuela. A partir del sábado, y hasta mañana, el candidato de seis partidos al Gobierno de la Ciudad de México ha suspendido por ese duelo su campaña. Pero su nombre ha aparecido en decenas de esquelas en que sus compañeros y aun adversarios, como Santiago Creel, que contiende con él por la misma responsabilidad, le expresan sus condolencias. Un acontecimiento infortunado, indeseable, le ha valido una presencia en los medios que los autores de la impugnación a su candidatura no puede evitar, como quieren evitar su candidatura.
Algo semejante, si bien en mayor volumen y en relación con una posición distinta, había ocurrido un mes atrás, con motivo del fallecimiento de doña María Teresa Barragán de Moctezuma. Aunque varios de sus hijos están en la escena pública, la mayor parte de las expresiones de pésame se dirigieron a Esteban, Senador y secretario general del PRI, coordinador de la campaña presidencial de su partido.
Tiene sentido medir la superficie impresa en los diarios destinada a enviar mensajes pesarosos a Moctezuma y a López Obrador, así como determinar el origen de las condolencias. Alguien lo hará para determinar tanto la biografía de los hijos como el papel que en sus vidas tuvieron sus progenitoras.
En el Día de las Madres de un año volcado a las campañas, los procesos y la jornada electorales, es inevitable referir el papel que las jefas de familia -ese es el status que les corresponde, aunque no asuman la responsabilidad de proveer los recursos necesarios para la subsistencia- desempeñan en la fabricación del destino de algunos protagonistas de la política, como los que hemos mencionado a raíz de los recientes acontecimientos luctuosos.
En el caso de López Obrador, sin tener noticia precisa sobre su familia, su propio bautizo denota la simbiosis lograda por la pareja de donde proviene. Su nombre reúne el de su padre, Andrés, y el de su madre, Manuela. Se compuso así una identidad nominal difícil de difundir y aun de retener. Las recetas de la propaganda política recomiendan la síntesis, la brevedad. Y una seña identificatoria compuesta por cuatro elementos, dos nombres y dos apellidos, es lo contrario de lo aconsejable. Pero así se llama, esa herencia recibe el candidato de la Alianza por la Ciudad de México, y...
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