Plaza Pública / Líder reciclado

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Quise originalmente calificar a Víctor Flores como líder resurrecto. Pero era un error. Sólo se le ha reciclado. No estaba muerto. Sigue siendo el dirigente de los trabajadores ferrocarrileros, empleados por las empresas que adquirieron Ferrocarriles Nacionales en el sexenio pasado, y de sus jubilados y pensionados, cuya suerte le es indiferente. Pero Flores ha vuelto al primer plano. Ayer fue elegido presidente del Congreso del Trabajo, cuando por fin su antecesor, Leonardo Rodríguez Alcaine, resolvió dejar ese su cuarto cargo (aunque continuará siendo el líder del sector obrero del PRI, secretario general de los trabajadores electricistas -los que no están afiliados al SME- y líder de la Confederación de Trabajadores de México).

Es la segunda vez que Flores ocupa la presidencia de esa central de centrales. La desempeñó de mayo de 1996 a agosto del año siguiente, cuando la dejó a tiempo de ingresar por primera vez a la Cámara de Diputados. Esta vez, ayer, Flores contó con la bendición de Rodríguez Alcaine, que en la víspera lo elogió de modo excluyente, asegurando que él "sí se preocupa por los trabajadores de México". Lo mismo creyeron los líderes de 21 agrupaciones incorporadas al CT (de las 28 asistentes) que votaron por el ex legislador veracruzano. Las seis restantes lo hicieron en favor de Napoleón Gómez Urrutia, el dirigente minero que había advertido contra el riesgo, concretado ayer, de que la sucesión en el Congreso, largamente aplazada por el reemplazante de Fidel Velázquez, se resolviera por dedazo, al modo antiguo.

Dos factores más favorecieron la elección de Flores. Por un lado, hizo alianza con centrales y sindicatos decisivos, a cuyos líderes incorporó a su planilla. Y, por otro, recibió el espaldarazo de Elba Esther Gordillo que, desplazada de la conducción parlamentaria en San Lázaro, y en riesgo su posición como secretaria general del PRI, dista mucho de haber sido derrotada y excluida. Su testaferro Rafael Ochoa Guzmán, que figura como secretario general del SNTE, forma parte de la nueva dirección del Congreso del Trabajo, lo mismo que Alberto Juárez Blancas, de la CROC, y Cuauhtémoc Paleta, de la CROM, menguantes reminiscencias del sindicalismo antañón.

Se dirá, con razón, que no es gran logro presidir el Congreso del Trabajo, que en 40 años envejeció prematuramente y hoy cuenta poco en las decisiones económicas y laborales. Su participación más reciente pretendió avalar las enmiendas a la legislación del trabajo...

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