Plaza Pública/ Estrategias de comunicación
| Autor | Miguel Angel Granados Chapa |
Indagar si Vicente Fox ganó la Presidencia de la República sólo por una adecuada estrategia de comunicación, precedida y seguida paso a paso por investigaciones de mercado fue el tema en que principalmente se concentró, ayer, un seminario sobre tales estrategias durante el pasado proceso electoral.
La reflexión fue organizada por la Asociación Mexicana de Agencias Profesionales de Relaciones Públicas. El fondo y la forma de la presentación de las campañas de los partidos políticos fue como una metáfora de sus propios comportamientos durante el periodo electoral, como una síntesis de los factores que produjeron el desenlace del 2 de julio. Los organizadores recibieron a tiempo la confirmación de que hablaría por Alianza por el Cambio el coordinador de la campaña de Fox, Pedro Cerisola, quien se hizo acompañar por Francisco Ortiz, que aplicó directamente la estrategia de medios. Con dificultades, los organizadores supusieron que Lucas de la Garza se encargaría de presentar la campaña de la Alianza por México y lo anunciaron así, aunque al final quien estuvo presente fue Demetrio Sodi de la Tijera, que fue miembro del equipo de campaña pero se ausentó de esa tarea unas semanas, en busca de la candidatura al gobierno de la capital. En el programa se omitió el nombre de quien hablaría en nombre del PRI. Se dijo que estaba "por confirmar" (no se sabe si por el obispo Onésimo Cepeda, pues como se sabe sólo confirman los miembros del Episcopado), y quien finalmente acudió fue el secretario de Información del transitorio Comité Nacional priísta.
Si sólo se tratara de eficacia y si las estrategias de comunicación lo fueran todo en un proceso electoral, la presentación de ayer explicaría sobradamente por qué ocurrió lo que ocurrió. La presentación de Cerisola y Ortiz incluyó amplia y precisa información sobre las investigaciones de mercado que rigieron la preparación de los mensajes. Aunque uno de los principios de la estrategia fue la continuidad, no abandonar los ejes rectores en función de la coyuntura, contaba con capacidad de respuesta frente a factores imprevistos. Así se mostró después del 23 de mayo, cuando Fox incurrió en varias pifias que la comunicación trocó mágicamente en virtudes. El "hoy" con que terqueaba el candidato en el predebate se trasmutó en firmeza al punto de que el imperativo "ya" que había impregnado la campaña fue sustituido por el reiterado "hoy" con que Fox pretendió en vano arrinconar a sus adversarios. Cerisola ofreció...
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