Plaza Pública / Elbismo

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La Comisión de Justicia Partidaria (que prescindió en su nombre de la palabra honor, vaya usted a saber por qué) estudia acusaciones de miembros de ese partido contra su secretaria general, Elba Ester Gordillo, que tienen por objetivo su expulsión. Están por radicarse en ese órgano jurisdiccional otras denuncias con petición semejante. Todas ellas señalan a la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación como apoyadora de candidatos y partidos diferentes al suyo, en los recientes procesos electorales de Aguascalientes, Baja California y Oaxaca. En la primera de esas entidades tal activismo de Gordillo fue alegado por el candidato Óscar González como causa para su declinación, primer episodio de la segunda derrota priista en pos de la gubernatura aguascalentense.

Se demanda la expulsión de la dirigenta magisterial. El viernes pasado, a sabiendas de que el presidente del partido, su antiguo, efímero y circunstancial aliado, no es parte formal en el asunto, le demandó noticias sobre esos señalamientos, advertida, dijo, de que puede hacérsele objeto de juicios sumarios. Si en verdad quisiera apersonarse en procedimientos ya instaurados en su contra (de los que tuvo notificación formal) o aprestarse a hacerlo en los que se inicien de un momento a otro, hubiera debido dirigirse a la Comisión de Justicia Partidaria. Pero de lo que se trata es de subrayar sus diferencias con Madrazo, precisamente a la hora en que el líder nacional del partido cosecha lauros que le fueron negados a ella hace apenas unos meses.

La alianza de Gordillo con la pareja presidencial fue causa de su defenestración como coordinadora del grupo priista en la Cámara de Diputados. En contraste, ahora Madrazo se ufana del éxito de su apoyo al gobierno en la reforma a la Ley del Seguro Social. Como si se tratara de una iniciativa suya, de un triunfo personal, Madrazo gastó buena parte del poco dinero que dice tener su partido en anuncios publicitarios en que aparece dueño del buen resultado de una de las primeras concertaciones de PRI y PAN en esta legislatura. (Una anterior puso a salvo del desafuero al senador Ricardo Aldana, tesorero del sindicato de Pemex.) Quizá escocida por aquella actitud, Gordillo urgió a la dirección de su partido a que se establezca con claridad su situación en el PRI.

Puede ser que quiera precipitar el proceso que, según sus malquerientes, debe concluir en su expulsión. Ella no se marchará del partido por su propia voluntad, por lo...

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