Plaza Pública/ Chiapas: dispendio y secreto

AutorMiguel A. Granados Chapa

El gobierno de Chiapas, muy bien provisto de recursos federales, se dispone a gastar más de medio millón de dólares en propaganda. En vez de cancelar sus proyectos de difusión, con motivo de los procesos electorales en curso, el gobernador, Roberto Albores, los intensificará. Esa será su respuesta al llamado del Instituto Federal Electoral, que solicitó discreción a ese respecto, para que no se confunda la publicidad gubernamental con la partidaria, y de ello se derive ventaja para una de las partes en la contienda comicial. Disciplinado al poder federal al que debe su gubernatura, Albores no podía discrepar de la posición presidencial al respecto. Si la Secretaría de Gobernación primero, y el propio Presidente Zedillo después han respondido indirectamente al IFE con una negativa, escudándose en que la ley no obliga a silenciar la propaganda oficial, Albores no tenía por qué ser diferente. En vez de callar, aumentará el volumen.

Ha previsto lanzar media docena de programas propagandísticos, a cargo de otras tantas dependencias de su administración. Buscó para la realización de ese magno proyecto a la agencia publicitaria de Carlos Alazraki, muy presente de largo tiempo atrás en la actividad comercial y de más en más solicitado para la propaganda política. Entre muchas, el público tiene presentes algunas de sus campañas recientes: En el estado de México sirvió a la candidatura del ahora gobernador, Arturo Montiel, en una campaña publicitaria que incluía la áspera negativa de derechos humanos a los delincuentes, con el sutil argumento de que no son personas. Luego adquirió notoriedad, la mayor en su carrera, cuando tuvo a su cargo la propaganda de Roberto Madrazo en la contienda interna del PRI, en que se abusó del apellido del precandidato y se estiló la utilización de imágenes de sus antagonistas con el propósito de deturparlos y, por contraste, mejorar la proyección pública del gobernador de Tabasco.

Ahora se trata de cantar las glorias del gobierno de Chiapas. La coyuntura es exigente. Esa entidad vive dos procesos electorales por ahora simultáneos con apremios muy claros para el gobernador. Por un lado, en las elecciones federales Albores tiene que compensar ante Francisco Labastida su fracaso en la disputa interna, en que Madrazo resultó ganador, no obstante (o quizá por ella) la obvia y aun grosera militancia de Albores en favor del aspirante oficial. (Quizá de ese modo se explica que Carlos Alazraki y Asociados, SA de CV sea la...

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