Plaza Pública / Bobbio en México

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

No suele ser noticia periodística la muerte de un filósofo. Y sin embargo, todos los diarios capitalinos pusieron ayer sábado en su primera plana la foto de Norberto Bobbio, "un hombre justo, de una personalidad extraordinaria, riguroso y sensible, curioso y sagaz", según lo definió el Presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi. Aunque sólo una vez viajó a México, hace mucho, y no se refirió nunca a los temas políticos de nuestro país, se explica el interés que su muerte causó porque su trabajo de más de medio siglo ha sido difundido ampliamente en los medios políticos e intelectuales de nuestro país. Los segmentos del PRI, el PAN y el PRD que se reputan como modernizadores lo pusieron en boga. Se le conoce directamente y también por la mediación de compañeros y discípulos suyos como Michelangelo Bovero, él sí visitante frecuente de nuestro país, y el profesor José Fernández Santillán.

Este último tradujo al menos cuatro libros de Bobbio, publicados por el Fondo de Cultura Económica, entre ellos uno fundamental, El futuro de la democracia. La propia editorial estatal también dio a luz la antología preparada por el propio Fernández Santillán, aparecida bajo el título Norberto Bobbio: el filósofo y la política. Aunque fue un personaje mucho menos activo en la política y la administración que Jesús Reyes Heroles, Bobbio nos resulta cercano también por su semejanza con ese eminente mexicano, en cuanto a sus preocupaciones por conciliar libertad, justicia y democracia, un tema plenamente vigente en el México de hoy.

También es propio de nuestros días, porque el conocimiento de los archivos de la represión mexicana nos permite abordarlo, el asunto de la persecución policiaca autoritaria, que Bobbio padeció en la Italia fascista no obstante que no era propiamente un luchador contra Mussolini sino al contrario. Nacido en Turín en el seno de una familia acomodada (en los varios sentidos de la expresión), el 18 de octubre de 1909, Bobbio fue miembro de los GUF (Grupos universitarios fascistas) pero por instinto y buen gusto se relacionó con los medios intelectuales antifascistas, al punto de que dos veces, en 1935 y en 1943, fue detenido por la Policía, en redadas contra los enemigos del régimen. La primera vez fue sujeto a admoniciones, una sanción que implicaba un personal toque de queda, la prohibición de estar fuera de su domicilio por la noche, entre las 21:00 horas y las 6:00 horas. La segunda vez estuvo preso durante más de dos meses.

En su Autobiografía, cuya versión española fue publicada en 1998 por Taurus, se reproduce el expediente policiaco de Bobbio. Dada la tenue actividad pública del joven profesor, la dimensión de las indagaciones sobre su vida, que incluyen repetidas interferencias telefónicas, ofrece una clara idea de la desmesura del autoritarismo fascista. Y también la torpeza que es frecuente entre...

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