Plasma con su trazo visión de lo marginal

AutorTeresa Martínez

Dicen que la anemia que provocó la muerte de Manuel Durón a los 27 años de edad fue porque prefería comprar el material para pintar sus obras que sus alimentos.

Esa oscuridad del último episodio de su vida parece estar plasmada en sus imágenes expresivas en las que surgen marginados, mujeres trabajadoras y paisajes.

Pese a su corta trayectoria, su legado vive. Una prueba de ello son sus casi 70 piezas, entre obra gráfica, pinturas y una escultura, que se reúnen en la muestra "Manuel Durón. Imágenes desde la oscuridad", que abre sus puertas hoy a las 19:30 horas en la Pinacoteca de Nuevo León.

En las obras predominan los retratos con estilo expresionista con personajes solitarios y en escenarios dramáticos, escenas de un Monterrey marginado de los 60.

"Manuel Durón es un personaje que vive dentro de ese ambiente, no lo está viendo y retratando como el turista que va y se pasea en esos suburbios, sino es él quien lo vive", dijo la curadora Sofía Gamboa.

"Él tenía toda la habilidad emocional y la inteligencia para captar esas cosas en el mundo directo, no a partir de modelos, y poder transmitirlo a partir de trazos dentro un plano".

Desde Zacatecas, Durón vino a vivir a Monterrey cuando tenía 14 años. Trabajó en el Mercado Juárez. Cerca de ahí se encontró con el Taller de Artes Plásticas de la entonces Universidad de Nuevo León, donde aprendió grabado y pintura. Su carrera apenas comenzaba cuando falleció.

"Él prefería pintar...

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