Pío nono y México

AutorVíctor Kerber

Pío nono es un claro ejemplo de hombre transformado por la realidad, a diferencia de los hombres que querían transformar la realidad en la Europa del siglo 19.

Fue liberal, incluso "revolucionario" en sus años de estudio en el Seminario Romano entre 1814-18. Simpatizante de los independentistas en América Latina, lo que le valió que en 1823 el Papa Pío VII lo mandara como delegado Apostólico a Chile.

El 14 de junio de 1846 ascendió al trono de San Pedro apoyado por los cardenales liberales partidarios de reformas políticas dentro de la Iglesia, y rechazado por el ala conservadora que lo creía agente oculto de la francmasonería.

Para despejar dudas, en su Encíclica del 8 de noviembre de 1846 asentó que su postura era moderada. Se declaraba en favor de los intereses del pueblo mas no del comunismo que ya por entonces pregonaban Marx y Engels.

Las revueltas populares de 1848 lo determinaron. Aquellos no eran los revolucionarios que él deseaba; los comuneros de París lo mismo que las demandas del "Circolo Romano", no podían ser más que maquinaciones diabólicas contra la cristiandad.

La amenaza tocó a sus puertas. Su primer Ministro Rossi fue apuñalado en la escalinata de la Cancillería Vaticana, y uno de sus prelados murió mientras observaba las acciones desde su ventana. El terror se ciñó sobre el Papa, quien pidió ayuda a Francia y Austria.

Después de 1850, Pío...

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