Rebanadas/ Piedras en el camino...

AutorCony De Lantal

Esta semana se nos ocurrió ir a la Cineteca y nos topamos con una verdadera zona de guerra.

Esa gente que trae la famosa pista de autos pone las cosas muy bonitas, hablan de puros proyectos de ensueño pero no anuncian lo mucho que van a afectar la zona desde su construcción. Todos los alrededores de la Cineteca y el Auditorio de Fundidora parecen campos minados; pozos por todos lados, tubos y montones de tierra, en fin, un desastre.

Encima échale que fuimos de noche y el lugar está como boca de lobo, y yo toda entaconada... Nomás me bajé del carro y ya casi me voy de bruces en un hoyo.

El puro hecho de que ya no te dejan entrar por el Holiday Inn, que está antes de la entrada de Cintermex, es una monserga. Te tienes que ir a dar un vueltón por allá atrás y chutarte todos los baches de la Calzada Madero y la calle Antonio Villarreal, para ir a dar por el estacionamiento de Plaza Sésamo, que no viene al caso.

¡Pobre de Alejandra Rangel! Y pobres de nosotras que cada vez tenemos que soportar más obstáculos para acercarnos a la cultura.

Eso sí, el mensaje está claro: nos cierran los museos porque éstos no dejan, pero la ruidosa y contaminante pista de autos es muy buen negocio para la cerveza.

Ya no queremos más cerveza, ya es suficiente con toda la que sirven en los estadios de futbol. Nomás échenle un vistazo a los accidentes de los últimos días, los botes de Tecate y los envases de Carta Blanca roban cámara en las fotos de los autos retorcidos.

Todo el mugrero que están sacando por la construcción de la mentada pista lo están tirando justo enfrente de la cultura y sólo para una desgraciada carrera al año, eso sí, con mucha cerveza.

Grasita en las alturas...

Me pregunto: ¿A quién en Aeroméxico se le ocurrió cambiar los desayunos?

Me acabo de ir de pisa y corre al D.F. acompañando a mi marido en viaje de negocios y nos salieron con omelette de chilorio o tamal poblano... No vienen al caso.

Si es por aquello de la comida regional, que ni se adornen porque el chilorio no tiene nada que ver con Nuevo León, y tampoco con los desayunos.

El tamalón es una grotesca bola de masa y este mentado chilorio está grasosísimo. Viene con una papa partida y un enorme salchichón de puerco, por si no tuviste suficiente veneno para las arterias.

¡Imagínense! Es un vuelo de cerca de 300 personas en donde la mayoría son ejecutivos que van derechito a citas de trabajo y a todos los bajan eructando... De perdida que le incluyan una pastilla de Pepcid a su charolita.

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