Pareceres/ El permanente éxodo de argentinos

AutorGuillermo Gasparini

La llegada de un nuevo y nutrido contingente de jugadores argentinos a México pareciera afirmar un destino: en la actualidad son más de 600 los futbolistas nacidos en estas tierras que juegan en el exterior, y México, con más de 90 registrados, es quien en mayor cantidad los acapara. Empujados a salir del país por efectos de la crisis económica y la persistente devaluación de la moneda, todos estos emigrantes conforman un notorio éxodo, que despuebla a las canchas locales de exponentes consagrados. Además de llenar las arcas de los empobrecidos clubes, que así disminuyen sus agigantados déficits.

El fútbol argentino se ha convertido en quizás el mayor exportador de jugadores de todo el mundo, superando incluso al poderoso Brasil pentacampeón. Hoy, haciendo números, cualquier economista puede comparar estas exportaciones a las tradicionales de carne vacuna, trigo o soja.

Pero si bien las cifras marcan un pico en este "desangramiento", no fue el primero y, seguramente, tampoco será el último. Hay registros de jugadores argentinos en España ya en la segunda década del siglo XX. Y desde 1928 se producen periódicamente importantes transferencias a Italia. Una Italia que hoy quiere cerrarle las puertas, intempestivamente, a los extracomunitarios - imponiendo una limitación que borra con el codo el libre ingreso decretado hace apenas un año - pero que desde siempre se alimentó de la savia albiceleste. Como que ante el Mundial de 1934 nacionalizaron de urgencia a 4 "oriundos" como Luis Monti, Raimundo Orsi, Enrique Guaita y Atilio Demaría, para que la ayudaran en su primera conquista mundial.

En la historia clásica argentina figura 1948 como el del Exodo con mayúsculas, porque de un día para el otro y después de un conflicto gremial por limitación de salarios, se marcharon a la "liga pirata" de Colombia figuras emblemáticas como Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera y Néstor Rossi, además de una treintena de compatriotas. Por la misma década ya habían partido notables futbolistas como José Manuel Moreno a México, o Rinaldo Martino y Mario Boyé a Italia. La descapitalización de talentos fue tan brusca que incidió en la decisión política de no asistir a los mundiales de 1950 y 1954.

Desde entonces la exportación no cesó. Son míticos los traspasos de 1957, cuando de un golpe Italia se quedó con todo el brillo de la selección "carasucia" campeona de América en Lima. Enrique Omar Sívori partió al Juventus - con el dinero de la trasferencia River cerró...

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