Perfiles e Historias / Promotora incansable

AutorDaniel de la Fuente

Con mucha frecuencia, cuenta Aurora Cantú de Cagnasso, cuando era niña su madre decía de ella: "Como Aurorita no hay dos" o "Aurorita es grandiosa".

Expresaba también: "Aurorita es la mejor".

Hija única de Ofelia Arévalo y Abel Cantú, Aurora evoca aquellos días en que nunca le hizo falta nada y era muy feliz.

"Mucho, tuve una infancia preciosa: como papá trabajaba en Fundidora, íbamos a conciertos con orquesta y todo que la empresa organizaba en el Teatro Florida.

"Desde los 3 o 4 años me llevaban a esas presentaciones, antes del cine", comenta. "Así, fui educando mi oído, apreciando lo bello de la cultura".

Como público, Aurora asistió a cuanto evento social y cultural había de trascendencia para la Ciudad. De ahí que no fue una sorpresa que, sensible a las artes, al contraer matrimonio con Michelangelo Osvaldo Mario Cagnasso Rolfo lo apoyara como Cónsul honorario de Italia en Monterrey, en 1985.

"Se refundó la Escuela Dante Alighieri, recibíamos artistas y los atendíamos. También organizamos una expo de nacimientos muy bonita. La mitad de la casa la ocupábamos para la muestra".

Esto fue en la segunda sede que tuvo la escuela, sobre Padre Mier, cuya extensión era tan grande que se le dio un espacio al recién creado Ballet de Monterrey para que tuviera una sala de ensayos.

"El ballet era el sueño de Yolanda (Santos): darle la oportunidad a los regiomontanos de que conocieran esta disciplina, por lo que me invitó a participar", explica.

"Entré con ganas de hacer muchas cosas".

Lo primero que hizo fue formar un banco de datos: más de 600 personas para solicitar su apoyo, invitarlas a las funciones, hacer programas de mano, vender anuncios, hacer boletines de prensa cada mes.

"Cuando llegó American Express para patrocinarnos lo primero que preguntaron fue qué tipo de impresos teníamos: ya teníamos todo. ¡Había mucho trabajo ya!".

Yolanda, fundadora del Ballet de Monterrey, habla sobre Aurora:

"Aurorita, como le llamamos en Ballet de Monterrey, está en el Patronato desde el principio: es la secretaria (del Patronato) y no hay nadie que lo pueda hacer mejor. Es muy querida por todos, incansable trabajadora, muy minuciosa y ejecutiva".

Agrega: "Todos la queremos mucho".

* * *

Sin ocupar la dirección o presidencia de los organismos en los que apoya, Aurora tiene un lugar destacado en la promotoría cultural y la beneficencia en Monterrey.

Para dimensionar su trabajo, bastan las palabras de Yolanda.

"Cada año, ella y Mónica Sada se encargan de...

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