Perfiles e Historias / El poeta vendedor de libros

AutorDaniel de la Fuente

No había pasado mucho desde que su padre los llevó a él y a su hermano al internado Hijos del Ejército, en Pátzcuaro, Michoacán.

Pablo Araujo tenía 10 años y hoy, a los casi 80 que cumplirá el 18 de junio, aún se conmueve al recordarse a sí mismo y a su hermano Manuel bañados en llanto y aferrados a las piernas del entonces sargento nacido en Romita, Guanajuato, quien para no interrumpir los estudios de sus hijos por sus traslados por el país decidió dejarlos en aquella institución.

"Fueron tiempos difíciles", cuenta Pablo, el mayor de cinco hermanos. "Era como vivir en un campo militar".

Pese a tantas actividades, a Pablo, quien nació en el hospital del antiguo campo militar, donde hoy está el Parque Niños Héroes, lo invadió la tristeza por haber sido confinados en aquel internamiento.

Su padre se llamaba Gregorio Araujo Contreras y su madre Guadalupe Benítez Toledo, originaria de Tuxtla Gutiérrez.

Un día, al verlo tan apartado, un maestro se le acercó para hablar con él.

"Se llamaba Aristeo Arredondo Dávila, no se me olvida su nombre, y me dijo: 'Oye, Pablo, tienes que superar esto porque la vida no es para que la vivamos con sufrimiento. Hemos venido a ser felices.

"'Mira', dijo, 'en la siguiente excursión que tengamos te vas a encargar de escribir un reporte de todo lo que pase'".

Pablo escribió cuando observó y entregó el texto al maestro, quien tras leerlo le preguntó: '¿Quién te ayudó a escribirlo?'.

"Nadie, lo hice solo", contestó el niño y Aristeo le dijo: "Está muy bien. Aquí está la clave, esto es lo tuyo".

Iluminado su sendero, Pablo no dejó de escribir impresiones y sentimientos, muchos de los cuales derivaron en poemas. De aquellos días son los siguientes versos, dedicado a sus padres residentes entonces en Colima, y a su hermano, enfermo de un paludismo que ya le había costado la vida a un compañero en el internado.

"¡Papitos lindos...! ¡Papitos lindos...! / Su Manuelito se encuentra grave / y a mí me han dicho las enfermeras / que de este trance sólo Dios sabe. / Pues otro alumno de este Internado / que padecía igual desvarío, / hoy está muerto, ¡papitos lindos...! / Y yo me siento cual paja en río. / Son tan hermosos estos parajes, / mas los contemplo como espejismo; / ustedes lejos allá en Colima, / nosotros solos ante el abismo".

Era 1950.

· · ·

Pablo empezó a escribir y declamar en los eventos del colegio y fuera de él.

"En los mensajes del 21 de marzo o del 16 de septiembre se juntaban en la plaza de Pátzcuaro el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR