Perfiles e Historias / Músico sin límites

AutorMaría Luisa Medellín

Tanto en la música como al conducir su motocicleta, Claudio Tarris disfruta de transitar de un territorio a otro en libertad.

De pronto, puede tomar carretera hasta Mazatlán y volver, al igual que interpretar la viola, el violín, el bajo eléctrico o la trompeta, al tiempo que compone, orquesta e investiga.

Ese sello personal es el que ha impreso desde hace 18 años a la Orquesta de Cámara de la Facultad de Música de la UANL, en donde lleva la batuta.

"La gente piensa que el director sólo está ahí para marcar el tiempo, cuando en realidad su trabajo va más allá. Debe buscar la manera de atraer público, organizarse y darle personalidad a su orquesta para que no sea una especie de museo donde se tocan siempre las obras de repertorio", detalla Tarris, reforzando sus palabras con el movimiento de las manos.

"A mí me pasaba como músico, que llegaba al primer ensayo, abría la carpeta y decía: ¿Otra vez la Quinta de Beethoven? Es como si fuera al cine a ver la misma película una y otra vez", subraya con humor y leve acento argentino.

Por eso, dice, casi como política eliminó de los programas a los compositores más interpretados por las orquestas, como Beethoven y Mozart, e inició una tarea de investigación para incluir a otros autores desconocidos, pero igual de atractivos.

Algunos, incluso, maestros o alumnos de los grandes genios, o judíos de Dinamarca, Holanda y Bélgica, desaparecidos durante la invasión de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, por citar un ejemplo.

Tarris es delgado, de ojos claros bajo cejas espesas y cabello casi blanco. Tiene 58 años y un aire entre desenfadado y juvenil. Viste pantalón de mezclilla, camiseta negra tipo polo y zapatos cómodos.

Al término de uno de los ensayos para el próximo concierto, comparte que disfruta dirigirse al público antes de cada pieza, para hablarles del compositor y sus influencias.

"Queremos presentar algo innovador, dinámico e interesante. Hemos hecho cosas muy poco ortodoxas, pero ha sido algo muy positivo", comenta Tarris desde una de las butacas del auditorio de la Facultad de Música de la UANL.

Se refiere a que han incluido rock, jazz y ópera de cámara en algunas presentaciones, y en un homenaje por el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare ofrecieron un programa de la época del teatro isabelino, de autores ingleses como Dowland y Byrd, además de musicalizar textos del dramaturgo inglés, interpretados por una soprano.

Para el festejo del Día Internacional de la Danza, Tarris hizo los arreglos de los temas para la orquesta y los bailarines deleitaron al público con flamenco, folclor, danza clásica...

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