Perfiles e Historias / Un maestro ejemplar

AutorDaniel de la Fuente

Iba por cuatro meses. Su idea era trabajar ese tiempo y avanzar en sus trabajos de maestría en educación. Era el 2004.

La gente del Ejido Santa María, sin embargo, recibió al maestro Vladimir Rodríguez con tal afecto que él empezó a pensar en extender su estancia en esa comunidad de agricultores de unas 400 personas, en Pesquería.

Sobre todo, quedó admirado por el interés de los chiquillos de la Primaria Rural Lázaro Cárdenas, que casi nació con el ejido a fines de los años 30.

"Recuerdo en los primeros días haber encargado una tarea y que todos los niños se formaran: nadie se quedó sentado. En la ciudad siempre es mitad y mitad, cuatro o cinco que no".

Vladimir, alto, robusto y con barba de candado, describe que como los niños de cuarto y quinto año de la primaria multigrado habían tenido cambios constantes de maestros, estaban rezagados.

Vladimir, hoy de 38 años, comenzó a interesarse en las historias de esos niños entonces destinados casi obligadamente a terminar la primaria, quizá la secundaria y, enseguida, trabajar en los huertos del ejido. O que desertaban.

"Había que interesarlos, que no abandonaran la escuela enseñándoles la posibilidad de que podían tener un futuro distinto al de sus padres", afirma.

Este profesor recibió hace unos días la Medalla al Mérito Cívico Presea Estado de Nuevo León en la categoría de educación rural por propiciar en el Ejido Santa María una transformación ejemplar.

Un cambio que alude a la esperanza.

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Todos los días, Vladimir Ulianovich Rodríguez Ortiz sale muy temprano de la modesta casa llena de gatos que renta en el Ejido Santa María y se dirige a la Escuela Rural Lázaro Cárdenas, a unas manzanas de distancia.

Como encargado del plantel él abre la reja. Por su reducida matrícula, la escuela carece de director y sus tres salones son multigrado, es decir, conviven alumnos de varios años. En el caso de la Lázaro Cárdenas, una de las 600 escuelas de este tipo en el Estado, son dos grados por aula.

Vladimir es el responsable de quinto y sexto. Tiene a su cargo 20 niños, a los que recibe junto a la reja de la escuela. Lo mismo sucede con los pequeños de las otras aulas.

Los gallos no dejan de cantar mientras los menores arriban contentos a este plantel cuyo patio está cubierto por un techo metálico alumbrado por dos lámparas mercuriales sujetas a una de las columnas.

En la reja de la escuela hay una manta con los resultados de este periodo escolar: Agustín Jaime Sorola Muñoz, ganador de la Olimpiada del...

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