Perfiles e Historias / Forjador cultura

AutorDaniel de la Fuente

En esta oficina del segundo piso de la Mueblería Zertuche en Calzada Madero, la luz que pasa por entre las persianas baña la figura menuda de un hombre de cabello blanco que, con las manos entrelazadas sobre el escritorio, contempla los papeles que descansan junto a libros, algunas fotos, reconocimientos.

Esta figura encorvada toma con mano temblorosa una pluma, escribe algo y descansa. Acaso recuerda, repasa ciertos sucesos, quizá concluye una reflexión.

Enseguida, toma el teléfono y pide que le comuniquen a alguien.

"¿Qué me cuentas del museo, cómo va eso?", pregunta con voz pausada. "Para sacar eso necesitamos hablar con...".

A los casi 93 años que cumplirá el 19 de diciembre y pese a problemas de salud que lo aquejan y le impiden moverse con facilidad, Don Francisco Zertuche González no deja de insistir en su agenda en favor de la cultura. Algún tiempo fue por San Pedro, después por Monterrey y actualmente por Lampazos de Naranjo, su pueblo natal. Este promotor no descansa nunca.

Hoy, a Don Francisco le preocupa la restauración y reapertura del Museo de Historia y Armas Nacionales de su municipio, inaugurado en 1994 y cuyo proyecto empujó durante años junto a otros apasionados de la cultura.

Adaptado en la Antigua Misión de Nuestra Señora de Dolores de la Punta de Lampazos, un ex convento franciscano que data del siglo 17, el espacio que cuenta la historia de esta tierra de generales e intelectuales fue abierto a la par de la Casa de Cultura a la que le pusieron el nombre de otro hijo ilustre, el intelectual Nemesio García Naranjo. Fueron días de fiesta en este pueblo del noroeste del Estado.

El museo, sin embargo, lleva cerrado seis años.

Eusebio González Quiroga, su amigo, dice que aunque la edad y la salud le han limitado, Don Francisco es un hombre incansable que no deja de estar atento a las obras culturales que ha hecho surgir en Nuevo León.

"Se le debe mucho, es alguien que no para de amar a esta tierra y a su cultura, por la que ha dado mucho, de su bolsillo y de su tiempo, con tal de que la gente disfrute de lo que es suyo", afirma.

"Es alguien cercano a un héroe cultural".

Blanca Rosa González, esposa del promotor cultural, lo define: es un Quijote.

"Siempre se lo he dicho, un idealista, un soñador. Un Quijote que no se detiene cuando se trata de dar a los demás".

Un benefactor que, por otra parte, disfruta del bajo perfil. Alguien a quien nunca le han gustado los reflectores, los elogios.

Dice que lo hecho a lo largo del tiempo habla por sí mismo, y la lista...

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