Perfiles e Historias / El desafío de Daniela
Autor | María Luisa Medellín |
Lo que es el destino, lanza Daniela, al recordar cuando preparó su primer pastel de fondant, hace ya 9 años.
"Quedé enharinada, llena de azúcar y muy cansada. Dije 'nunca más', pero los clientes siguieron haciendo pedidos y.... ¡las vueltas que da la vida!", exclama encogiéndose de hombros.
Se refiere a que con el tiempo se convirtió en una artista del fondant, lo que le valió ser parte del reality televisivo El Desafío de Buddy, y ganar el título de la mejor pastelera de América Latina, entre 8 participantes de varios países.
"Descubrí que me tardaba lo mismo en un pastel de merengue que uno de fondant, porque los de merengue tenía que pintarlos completos, y aunque son rápidos, les hacía muchas terminaciones. Era mucha producción", comenta con enorme sonrisa.
En cambio, con el fondant podía desplegar su creatividad sin límite, y con mayor ganancia.
Y es que esta joven menuda y de expresivos ojos oscuros moldea esta delgada cobertura azucarada como si se tratara de plastilina.
En su taller se mezclan la harina, huevos y azúcar, con pinceles, flores, pinturas vegetales, estructuras de madera y soportes de acero para crear obras de arte que recrean un mundo fantástico lleno de colorido, texturas y deliciosos sabores.
Daniela Garza es pastelera de corazón y por tradición. Su abuelo Elpidio Garza fundó la panadería La Gardenia, en los 60, y la Marlin, en los 80.
Su papá, Juan Gerardo Garza, abrió en 1979 La Mundial, en la Colonia Cuauhtémoc, y ella puso a un lado el taller de su pastelería Mordida Mordida.
Juan Gerardo, de bigote y escaso cabello entrecano, comparte que su tío Erasmo invitó a su padre y a su tío Eladio a aprender panadería en Puebla, donde trabajaba, y de regreso se emplearon en Parras de la Fuente, Coahuila.
Ya en Monterrey, Erasmo abrió su panadería y Eladio estableció la Chapultepec y Pandy.Los otros hermanos aprendieron de ellos: Herminio inició La Ideal, y Gabriel, la Olímpica.
Juan Gerardo, licenciado en Administración de Empresas y casado con María Elena Pérez desde hace 39 años, cuenta que desde adolescente le ayudaba a su papá a hornear si hacía falta y llevaba los canastos de pan para surtir los estanquillos.
A los 19 años abrí mi panadería, La Mundial, era sábado y el siguiente viernes me casaba. Es una tradición familiar, pero Dany nos superó a todos", afirma orgulloso.
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El olor del pan recién horneado llega hasta la oficina de Dany, en la que junto a un par de sillones, un escritorio y una computadora, hay...
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