Perfiles e Historias / La científica rebelde
| Autor | Daniel de la Fuente |
"Un especial agradecimiento a mi amada familia por su invaluable e incondicional apoyo y comprensión. También agradezco a las autoridades de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Facultad de Ingeniería Civil, por su apoyo.
"Les comparto también nuestra alegría, pues este premio llega a nuestra universidad en el 85 aniversario de la misma".
Leticia Torres Guerra dijo esto antes de concluir su discurso del pasado 29 de octubre al recibir en Los Pinos el Premio Nacional de Ciencias en la categoría de Tecnología, Innovación y Diseño por su contribución en el desarrollo de materiales avanzados, la formación de grupos de investigación y la vinculación academia-industria.
Aquella mención a los suyos no fue una cortesía: para la jefa del Departamento de Ecomateriales y Energía del Instituto de Ingeniería Civil de la UANL la familia fue su garantía, el secreto que la ha llevado a recibir muchos reconocimientos, incluido el Premio Nacional, que no había ganado antes ningún universitario en Nuevo León.
"La familia es la roca en la que te apoyas, si no tienes su respaldo no puedes ir a ningún lado", sonríe Leticia, nacida en Monterrey el 9 de septiembre de 1955.
"Este premio es de ellos, de mi familia. También de tantos estudiantes que han pasado aquí conmigo".
La vida, sin embargo, no fue sencilla. Leticia se reconoce rebelde porque debió persistir en su afán por hacer ciencia, dedicarse a ella, comprender lo que hay en el envés de las cosas y no ser obligada a tomar una ruta convencional.
Su trabajo, que incluye el desarrollo de proyectos financiados por empresas como Cemex y Vitro en torno a materiales para sistemas de energía renovable, así como otros utilizados en dispositivos para la producción de hidrógeno a escala piloto, la ha llevado a ser considerada una de las investigadoras más relevantes de la universidad y de México.
Su amigo Isaías Juárez Ramírez, coordinador de la Maestría en Ciencias con Orientación en Ingeniería Ambiental de la universidad, la describe como una mujer cuya pasión por su trabajo es incalculable.
"Su entrega y amor por la ciencia es tan grande que logra contagiar a todo aquel que se encuentra a su alrededor", afirma.
"Sus contribuciones a la ciencia son innumerables, así como sus aportes a la vinculación con la industria, lo cual ha conseguido gracias a su gran capacidad de liderazgo y tenacidad".
Pero, se insiste, la clave fue la rebeldía.
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Leticia Myriam creció en el Fraccionamiento Buenos Aires y fue de...
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