Perfiles e Historias / Aliado de Dios

AutorMaría Luisa Medellín

Varios autobuses se detienen en el estacionamiento de la casa de los Misioneros de Familia y Juventud. De ellos descienden decenas de jóvenes alegres y ruidosos que arrastran su maleta o llevan su backpack a la espalda.

Vienen desde Chicago, Tamaulipas, Saltillo y distintos puntos de Nuevo León, a un retiro de tres días.

"Es el grupo 108 de las escuelas de vida", adelanta el Padre Agustín Rojano Nava, quien va y viene jubiloso.

Aperlado, de lentes y cabello entrecano, no aparenta los 75 años que lleva sobre los hombros.

Dinámico, les da la bienvenida, pide que dejen su equipaje junto a un frondoso árbol y los congrega frente al vestíbulo con escalones de la capilla en La Encarnación, mejor conocida como "La Chona", en Apodaca.

Rodeada por un extenso jardín, tiene al fondo varios salones de muros blancos, anaranjados y amarillos.

Aunque otros sacerdotes y jóvenes apoyan la logística del encuentro, que inicia entre música y cánticos, él está al pendiente de todo.

"Estos muchachos van a comenzar un proceso de cinco años", detalla luego de que han ido a instalarse. "La base es el retiro. Después, los de aquí siguen viniendo todos los sábados y los de fuera lo hacen en su ciudad.

"Llevan una formación en la fe y en la parte humana que los prepara en su vida, como hijos, amigos, en su noviazgo, hacia el matrimonio y la integración de una familia".

Son ya 34 años los que el Padre Agustín ha dedicado a impulsar las escuelas de vida, como las llama.

Si sólo se contabiliza a los asistentes de los encuentros juveniles que se siguen preparando, desde 1980, hablaríamos de casi 11 mil personas que de alguna manera han transformado su existencia.

Faltaría añadir a miles de matrimonios y familias que han vivido y transmitido esta experiencia renovadora, ya que los pilares de la misión son Familia de Aliados (Famdal); Comunidad Juvenil; Familias en Alianza (Famenal); Aliados de Vida Apostólica (Alva) y los sacerdotes que conforman Aliados por la Familia y la Juventud (Alpafj).

MISIÓN PASTORAL

Agustín ha dedicado su vida a los asuntos de Dios. Nacido en Tlalpan, Distrito Federal, era acólito a los 8 años, y a los 12 ingresó al seminario.

Cuenta que sus padres, Raquel Nava y Pedro Rojano, ya fallecido, se enteraron de que iba a sumarse a las filas de los hermanos salesianos el mismo día que emprendería su viaje a Puebla.

"Al principio se sorprendieron, pero accedieron porque, entonces, las familias vivían en la fe. Estamos hablando de 1951, cuando de golpe y porrazo llegamos unos 120...

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