Los pendientes del 8-9M

AutorTeresa Martínez

Fue histórico: Las mujeres salieron a las calles para exigir un alto a la violencia y a la cultura machista en varias ciudades del País el pasado 8 de marzo. En Monterrey fueron miles.

Al día siguiente, el paro nacional de mujeres evidenció más la exigencia, mostrando qué pasaría si las mujeres siguen desapareciendo.

Pero después de ambas jornadas, ¿cuáles son los pendientes?

Plantearse una educación sin estereotipos de género es vital en la formación de los hijos, considera Mariana Gabarrot, catedrática del Tec.

"Si queremos una sociedad igualitaria, no podemos hacer diferencias en la educación de los niños y las niñas. Por ejemplo, pedirle a las niñas que atiendan a los papás y hermanos".

Se puede comenzar con pequeñas acciones y avanzar gradualmente.

Los hombres, por ejemplo, pueden elegir una tarea doméstica o las mujeres pueden comenzar a hacer corresponsables a sus parejas de hacerse cargo de los niños una vez a la semana.

"La clave es poco a poco y que sean cambios con los que las familias se vayan sintiendo a gusto", exhorta.

DESDE CASA EN LA ESCUELA

La institución educativa en todos los niveles juega un papel importante en la equidad de género, considera Guadalupe Salmorán coordinadora de la comisión de Igualdad y Equidad de Género del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

A nivel universitario se pueden organizar talleres dirigidos a hombres para que cuestionen su masculinidad.

En bachillerato, incluir materias de estudios de género, derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y un programa de educación contra la violencia digital que puede iniciar en secundaria.

Mientras que en la primaria es indispensable atender el bullying, considera Salmorán.

A ELLOS

¿Y qué le corresponde hacer a los hombres?

"Vivimos en una sociedad completamente machista, y lo primero es aceptar que somos machistas", reflexiona Santiago Vela, integrante de Señores que Escuchan, grupo de reflexión sobre la masculinidad.

"Nos toca cuestionar nuestros privilegios, saber dónde estamos y cómo fomentamos esto".

Después, los hombres pueden iniciar con acciones simples, como dejar de hacer chistes misóginos, dejar de asumir que la mujer está dedicada a la limpieza o cederle la palabra durante una junta.

Más allá de debatir las cifras de los feminicidios, exhorta Vela, los varones deben reflexionar sobre las causas de la violencia.

Muchos dicen: "Nunca voy a golpear o matar a una mujer", pero sí dices y aceptas chistes misóginos que quedan grabados...

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