Peggy Marshall/ Maltrato de siglos

AutorPeggy Marshall

Ahora que estamos a unos días de celebrar la Pascua, sería interesante ver cuál ha sido el papel de la mujer en las tres principales religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el Islam.

Citaré unos textos del libro "Women in World Religions" (Mujeres en las Religiones del Mundo), editado por Arvind Sharma. Como han sufrido cambios todas las religiones durante diferentes épocas, sólo me concentraré en sus escritos históricos.

En el judaísmo, el énfasis en la vida familiar y la procreación estableció la razón de ser de la mujer: ser madre y protectora de la casa. La mujer israelita servía a su esposo y a su nación al dar a luz a un varón. La esposa ideal era virgen al casarse, trabajadora, buena administradora y una sabia consejera.

En los libros históricos de la literatura judía, la actitud hacia la mujer era positiva, como se le describe en la Biblia antes del pecado original. Dios es masculino y femenino y la humanidad se creó a la imagen de Dios, hombre y mujer. La sabiduría se presenta como femenina. Al principio del Antiguo Testamento, el hombre y la mujer son complementarios y su unión es lo que produce su humanidad completa.

Pero al mismo tiempo se introducen conceptos negativos que toman su origen y se agudizan en el libro llamado Talmud, que significa "las enseñanzas", una enciclopedia de la cultura judía en la que los rabinos utilizan a Dios para guiar a los judíos en su vida espiritual.

El Mishnah es el documento histórico más importante y fundamental para el Talmud palestino y el que define la posición de la mujer en la sociedad israelita.

Para los hombres que escribieron el Mishnah, la masculinidad es normal y la femineidad una desviación: excluye a la mujer de centros religiosos; su dominio es el hogar, mientras el del hombre es el estudio y la oración; su deber es satisfacer sexualmente a su esposo y se santifica estando sujeta al hombre.

La mujer es culpable de ser seductora, de practicar la brujería y de no poseer "limpieza religiosa", debido a su menstruación y a los partos.

Muchos de estos prejuicios históricos persisten hasta hoy y las aflicciones de las mujeres judías en el Medio Oriente atestiguan el chauvinismo existente.

El cristianismo, al igual que el judaísmo, comenzó con la teología de la equivalencia en el Génesis donde el hombre y la mujer son la imagen de Dios; ninguno predomina sobre el otro; están ante Dios como pareja y como administradores de la Creación.

El castigo de Eva, de sufrir al tener...

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