Pedalean por sus sueños

AutorSergio Zepeda de Alba

Un día, en un pequeño pueblo junto al mar, las singapurenses Tay Siang Hui y Tan Xin Hui conocieron a un anciano que las inspiró a hacer el viaje de sus vidas.

Estaban en la costa oeste de Taiwán y vieron dos vagones de tren varados en a la playa: uno de ellos había sido transformado en restaurante y el otro en hotel.

Allí encontraron a Luo Papa, quien les contó cómo volvió su sueño realidad convirtiéndose en propietario de los dos vagones.

"Pero antes de que regresáramos a Singapur nos dijo que tenía otro gran anhelo: pedalear alrededor de Taiwán en sus más de 237 estaciones de tren", recuerda Tay.

Así que vendieron cuanto tenían y seis meses después volvieron a Taiwán a pedalear con el anciano.

Inspiradas por él, se les ocurrió un desafío: recorrer todos los continentes en bicicleta, documentar su viaje a través de una página de internet y motivar a otras personas a que hagan realidad sus sueños.

Tay, de 32 años, y Tan, de 26, son productoras de televisión, así que aprovechan sus conocimientos para dar forma a su proyecto.

En cada lugar que visitan organizan sesiones en escuelas, universidades y centros culturales; luego colocan en su sitio web videos, fotografías y relatos de lo que les cuenta la gente durante su travesía.

Las viajeras partieron de Singapur hace ya más de un año y además de viajar por Taiwán, han pisado Japón, Hawaii y México.

Transportan su bici en los aviones, se mueven por las carreteras y no les preocupa la inseguridad; su itinerario es improvisado. Duermen en casa de quien les ofrece un techo y comida caliente; si llueve, ni hablar de seguir con el recorrido.

Para hacer más increíble su viaje, hay otra historia que contar: la del patrocinador de sus vuelos.

Es el inventor singapurense Clarence Tan, quien un día las invitó a cenar y les preguntó qué necesitaban. Las contactó con su agente de viajes personal y se hace cargo de todos los gastos aéreos.

En cada destino, Tay y Tan hacen lo mismo: andar en bicicleta por las carreteras, pasar la noche en hogares ajenos y documentar los sueños de los demás.

En Taiwán, una niña de 6 años les dijo que quería descubrir qué soñaba. En Hawaii, una pareja de más de 70 años les contó que quería ayudar a la gente a vivir de manera más sostenible.

En Tokio, un estudiante universitario les confesó que alguna vez quiso ser un Power Ranger. Un malabarista en una calle de la Ciudad de México compartió que quería realizar la convención de malabares más grande del País.

La historia de...

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