Pasión por el azar: Doble o nada

La emoción por esperar el número ganador de la lotería ha pasado de ser la simple acumulación de esperanza a un proceso de generación de recursos para el Estado. En América Latina, el jugar es una forma de solventar la crisis, tal es el caso de Colombia, donde además los juegos de azar han generado nuevos empleos.

En sitios como España, la ludopatía es ahora el detonador de una enfermedad social que afecta a un buen porcentaje de las familias de clase media, cuyas cabezas prefieren perder todo, antes que dejar de apostar.

El juego arrastra en su vorágine a jugadores y casas de juegos. Ahí está el caso de Londres, donde detrás de las ganancias millonarias de las carreras de caballos se ha demostrado la existencia de redes de corrupción o el narcotráfico. O bien, lo prohibido del juego en Cuba que no impide que miles y miles de cubanos se den sus mañas para jugar a lo que sea.

Juegan colombianos pese a crisis

BOGOTA.- Doña Catalina destina 2 mil pesitos (95 centavos de dólar) de su gasto diario para una práctica que ya forma parte de su canasta básica. Sus números favoritos son el 8 y el 0, y ella es una más de los millones de colombianos que participan en El Dorado, el sorteo más jugado en miles de establecimientos de apuestas en la capital colombiana.

Como Catalina, cada vez más amas de casa apartan un dinero para las apuestas, "porque uno tiene más probabilidades de ganar" que en la lotería tradicional.

La mecánica es sencilla: si el jueves juega la lotería de Bogotá o del departamento del Quindío, uno puede apostar electrónicamente al número de cuatro dígitos en que caerá el premio mayor, sin importar el número de serie. La posibilidad de apostar sólo a las últimas tres cifras, en cualquier orden, a las últimas dos o a la última cifra aumenta las posibilidades de obtener un premio.

Según una encuesta reciente, de 600 personas consultadas, 6 dijeron conocer a algún ganador de la lotería, que celebra sorteos semanales, mientras que 42 dijeron conocer a algún ganador.

El negocio de la suerte y el azar representa en Colombia unos 4 mil millones de dólares, cifra equivalente al 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según cálculos de la Superintendencia de Salud, entidad gubernamental que regula los juegos de apuestas y casinos.

Si se toma en cuenta que el presupuesto de Defensa para esta nación en guerra es de 3.5 por ciento del PIB, la cifra es por demás significativa. En un país donde el desempleo ronda el 17 por ciento, a veces es más fácil pegarle a algún premio que encontrar trabajo. Con esa esperanza, las apuestas se han convertido para muchos en una alternativa más para intentar salir de la crisis económica.

En Bogotá y en Cundinamarca, donde se cruzan unas 600 mil apuestas diarias, 60 por ciento de los habitantes ha jugado "chance" o lotería alguna vez en su vida, según Rodolfo Botello, Subgerente Comercial de la Lotería de Bogotá.

Mucho del éxito de las apuestas deriva del hecho de que son un buen negocio para todos. Para el Estado, las transferencias al sector salud por regalías representan en promedio 12 por ciento de las ventas brutas, lo que en el 2001 significó a nivel nacional 282 millones de dólares, y para el 2002 se esperan transferencias de recursos por 800 mil millones de pesos.

Para los concesionarios, el porcentaje de ganancia oscila entre 16 y 18 por ciento de las ventas totales, y el resto de los ingresos se...

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