Como parte de la película
| Autor | Héctor Rosas |
Inquieto y motivado por la curiosidad de experimentar en carne propia la nueva manera de ver el cine, Aldo Márquez entra a la sala 4DX con su caja de palomitas y vaso de refresco en mano.
Emocionado, ocupa su butaca numerada a mitad de la sala y, una vez que se ha instalado, recorre con la vista cada rincón del lugar.
Inspecciona todo lo que puede para tratar de descubrir dónde está "el truco" que lo hará sentirse uno más de los personajes de Transformers: El Lado Oscuro de la Luna, película con que Cinépolis Galerías Monterrey abrió ayer al público la primera sala 4DX en la Ciudad.
De entrada, advierte que las 240 butacas son un poco más grandes que las tradicionales y menos anchas que las VIP, además, tienen un par de bocinas en el respaldo y están montadas sobre una base que parece acordeón.
Mientras observa el resto de los detalles, las luces se apagan para anunciar el arranque de la primera función (programada ayer a las 14:30 horas), que registra cupo completo. Ahora sí comienza la acción. Los famosos robots aparecen en la pantalla y Aldo se cuestiona de nuevo cómo lo sorprenderán.
Sorpresivamente la butaca se mueve hacia adelante y atrás al tiempo que se accionan los ventiladores que penden del techo y en la pantalla se proyecta una escena en un carro a alta velocidad, lo que da la sensación a Aldo de ir con ellos.
Sin que el público lo note, en plena función Sergio H. Álvarez, gerente de proyección digital de Cinépolis, inspecciona que los efectos especiales funcionen y hace los ajustes necesarios porque detecta que una butaca no está en sincronía con la imagen. Sin molestar al espectador, el gerente da las instrucciones para que se corrijan las anomalías.
En la sala se detecta un olor a hule quemado pero nadie se inquieta porque no hay fuego, lo que sucede es que se desató un enfrentamiento entre los héroes y villanos de la cinta que provocó varias explosiones que despidieron ese aroma, el cual en realidad tuvo su origen en el respaldo del asiento de enfrente de cada espectador.
Posteriormente los ventiladores vuelven a accionarse porque ahora la acción de la historia se desarrolla en el aire, algunos personajes se deslizan en caída libre por un edificio, otros se arrojan en paracaídas y todos tienen la sensación de ir cayendo con ellos.
Durante las batallas, la butaca tiene movimientos en ciertas áreas del respaldo para hacer sentir al público el impacto de los golpes que se propina a los personajes.
Al final queda claro que la...
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