Pareceres / La revelación del año

AutorGuillermo Gasparini

Rodrigo Palacio es una de las apariciones más espectaculares en las últimas temporadas del futbol argentino. Algo más de tres años atrás estaba jugando un torneo clasificatorio con el club Bella Vista de la localidad bonaerense de Bahía Blanca, al sur de la provincia.

Desde entonces pasó por el Nacional B con Huracán de Tres Arroyos (aún no había ascendido a la categoría de la que por estos días se está despidiendo), cristalizó en el Banfield que logró clasificarse para las copas internacionales y debutó en Boca, donde en pocos partidos se convirtió en el favorito de la hinchada. Además, jugó un partido y algunos minutos en la Selección nacional y ya es nominado por muchos para estar en la cita mundial de Alemania 2006.

Él, con naturalidad y sencillez, elude permanentemente el acoso periodístico. Pero aclara que no es por timidez: "Me parece que están exagerando un poco. Es demasiado lo que se habla de mí. No me acostumbro a salir todos los días en los diarios y la televisión". Y aunque ya ha relegado a su ídolo Guillermo Barros Schelotto en la consideración de su entrenador, el "Chino" Benítez, prefiere contar que sigue pasando las horas "jugando al Play Station y tomando mate con Guillermo, el 'Chelo' Delgado y Palermo".

Su padre, José Ramón, era un puntero izquierdo que participó, con la camiseta de Olimpo, en algún campeonato Nacional y una liguilla clasificatoria para la Libertadores. Pero por divergencias con la paga de su trabajo en las inferiores de ese club de toda la vida, mudó a la familia a Tres Arroyos, donde aún viven los abuelos de la actual estrella de Boca. Justamente hace unos días, cuando los xeneizes se presentaron en esa otra localidad del centro bonaerense, en las tribunas estaban padres, tíos, abuelos y amigos de Rodrigo. Y él los homenajeó marcando un golazo.

Pocos imaginan que este delantero veloz y positivo tuvo que elegir, en algún momento de su adolescencia, entre el basquetbol y el futbol. En esa Bahía Blanca natal jugó 10 años en el club La Falda ("el único en la ciudad que aun conservaba el piso de baldosas", recuerda), era amigo común de relaciones de "Manu" Ginobili, el hoy gran astro de la NBA e ídolo bahiense, y también de la familia de "Pepe" Sánchez, otro basquetbolista de estirpe y que después de pasar por la NBA, ahora brilla en España. "Formaba pareja con mi hermano y me enfrentaban en un 2-1 a mí", escribió hace pocos días "Pepe" en una nota. "Jugaban siempre con un aro de basquet que estaba en el...

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