Paraíso del ecoturismo

AutorJoan Royo

BONITO, Mato Grosso del Sur.- Pocos lugares en el mundo tienen un nombre más apropiado. Bonito, un rincón de naturaleza

deslumbrante al suroeste de Brasil, debe su nombre al capitán Luiz da Costa Leite Falcão, pionero de estas tierras que en 1869 bautizó a su hacienda como 'Rincão Bonito' (Rincón Bonito).

Unos cuantos años después, esta pequeña localidad del estado de Mato Grosso del Sur se ha convertido en un paraíso para los amantes del ecoturismo y en un ejemplo mundial de turismo responsable.

Buena parte de la fama se la llevan sus ríos, de agua extremadamente cristalina. El terreno calcáreo es el secreto detrás de la transparencia de las aguas y también lo que explica la existencia de más de 60 cavernas y grutas en la región, muchas de ellas aún sin explorar.

No se queda atrás el verde brillante de la sierra de Bodoquena (que en lengua indígena significa manantial encima de la montaña), repleta de cascadas, en las que lugareños y visitantes se pueden refrescar.

En esta zona montañosa, por ejemplo, está la finca Boca da Onça (boca del jaguar), una de las excursiones imperdibles en Bonito. En apenas cuatro kilómetros de paseo hay ocho cascadas y cuatro puntos de baño. Se llevan las palmas la cascada del mismo nombre (de 156 metros, una de las más altas de Brasil) y el Buraco do Macaco (el agujero del mono), una especie de cenote con cascada incorporada; absolutamente mágico. Los más aventureros también pueden...

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