Papás mejoran escuelas

AutorDaniel Santiago

Aunque la imagen de una escuela pública en México es la de un edificio con poco o nulo mantenimiento o hasta vandalizado, hay planteles que luchan a diario por dar dignidad a sus espacios. En esta tarea, que para las escuelas implica buscar en fondos y programas recursos que el Estado no provee para su mantenimiento y operatividad, los directivos encuentran en los padres de familia un soporte esencial. Y aunque en el debate nacional las aportaciones voluntarias de los papás son cuestionadas por considerar que significarían la futura "privatización" de la educación, también representan el impulso necesario para que los niños cursen sus estudios en una escuela de calidad. A continuación, tres casos de planteles públicos que día a día trabajan por esta meta.

JARDÍN DE NIÑOS GIOVANNI PASCOLI

De 'puro cascarón' a kínder modelo

Los niños que en 1984 acudían al Jardín de Niños Giovanni Pascoli seguramente no reconocerían hoy la escuela en donde cursaron su preescolar.

De ser una escuela precaria se ha convertido en un espacio digno de aprendizaje y formación para 190 niños. Hoy cuenta con aulas equipadas con multimedia, foros techados, juegos infantiles, chapoteadero y comedor.

De estos casi 30 años, Judith Marisa Cortés lleva 22 como directora. En este tiempo, señala la licenciada en educación, ha logrado involucrar a los papás al tomar en cuenta su opinión y ejecutar los proyectos que ellos mismos dictan.

Ubicado en la Colonia Mártires de Cananea, en un difícil sector de Santa Catarina, este jardín de niños hoy es una escuela en donde abundan los colores, sobre todo el verde de sus árboles.

"Este plantel no sería nada sin ese equipo de papás", comenta la docente.

"Quería transformar este plantel, eran dos edificios, lleno de tierra, piedra, era el puro cascarón, había cajitas de reja para los materiales", comenta la maestra Judith sobre sus primeros años en el cargo.

Este jardín de niños es desde el año pasado una escuela de tiempo completo, una modalidad que le permite acceder a recursos para la atención de los niños, por ejemplo, el comedor.

Ser de tiempo completo también beneficia a muchas de las mamás que trabajan como obreras o trabajadoras domésticas.

Los papás, asegura la directora, se han involucrado con aportaciones económicas y en especie, pero principalmente en la toma de decisiones para las mejoras de la escuela. Son ellos los que deciden qué tipo de proyecto realizar.

"Un plantel como el que tenemos, solo no se va a hacer", afirma...

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